En el obituario para su amado, Franz Kafka, Milena Jesenká retrató a un gnóstico moderno, a un escritor cuya visión era el kénoma moderno, el vacío cósmico al que hemos sido arrojados.
En el obituario para su amado, Franz Kafka, Milena Jesenká retrató a un gnóstico moderno, a un escritor cuya visión era el kénoma moderno, el vacío cósmico al que hemos sido arrojados.