La arqueología está tratando de redefinir su relación con los objetos. Este cambio ocurre al tiempo en que Occidente atraviesa una nueva expansión de la sociedad de consumo, que confirma su ruptura definitiva con la generación que protagonizó el éxodo rural de mediados de s.XX. En este trabajo se plantea una revisión de las condiciones que permiten ahondar en esa ruptura y que determinan a su vez nuestra relación con la materialidad. Para ello se parte de una reconsideración de la relación pasado/presente y de las dinámicas que marcan esa diferencia. Nos encontramos en un momento en el que se está cambiando la experiencia del tiempo y con ella, la integridad del objeto arqueológico. Con el nombre de Arqueología Negativa se trata de explorar la frontera que determina la producción del pasado en un presente ocupado en homogeneizar cualquier tipo de diferencia. La arqueología es una disciplina única para desactivar ese proceso, o al menos para atestiguar las dinámicas a las que parecen destinarse los objetos. Para ello, se presenta el concepto de obsolescencia como un intento de nombrar el problema.
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Fuente: Complutum, Vol. 26, Nº 1, 2015, pp. 49-69
Imagen principal: Hanns Schimansky, .
Reblogueó esto en Sobran palabras.
Primeramente reconozco que lo leí saltando párrafos y desordenadamente, me pareció interesante lo que señala sobre las cosas en desuso, me pareció bastante poético el extracto de Benjamín -aunque nunca más que eso- me pareció muy larga la bibliografía pero en ciertos pasajes percibí a un pensador auténtico y contemplé que esa bibliografía estuviese presidida por Agamben solo por exigencias del orden alfabético.
Suele suceder que el viento azota a las oscuras avecillas que vuelan en lo alto y van a dar contra el promontorio rocoso; caen en nuestro patio y al abrir la puerta del fondo quedamos absortos ante sus cuerpecillos exánimes, el perro las olfatea y el gato quiere llevarse una, nosotros las tomamos entre las manos y pretendemos insuflarles vida; aparece la abuela con la escoba y todas van a parar a la basura, incluida la que se llevaba el gato.
Una de esas golondrinas es la obra completa de ciertos autores, que hace muy poco tiempo estaban en gran auge.
Hemos envejecido desde el 2011, ya se fueron todos los gobiernos de aquel entonces, por distintas vías -incluso hubo grandes movimientos políticos como el Brexit y el ballotage francés- pero Bashar Al Assad permaneció y con él; Vladimir Putin, Xi Jinping, Jamenei, Hezbollah y acaba de renunciar Hariri para refugiarse en Arabia Saudita…
Desde Corea, King John le dice al presidente de los EEUU por cadena oficial: ‘viejo caduco y retardado voy a domesticarte a fuego lento’; incluso, como se divulgó en las redes, usó una palabra que ya está en desuso en EEUU; infinidad de usuarios de Internet se abocaron a averiguar qué significaba ‘retardado’, evidentemente un alto juego comunicacional y fue interpretado y divulgado como un error en su correcto inglés de alguien que fue educado en el internado más exclusivo de Suiza; y el mayor traslado de armas de todos los tiempos se frenó con un tuitazo.
¿Por qué no bombardean el norte de Corea como bombardearon Irak?
¿Por qué no le meten tres tiros en la cabeza a plena luz del día y en medio de la calle como le metieron a Gadafi?
¿Por qué no lo agarran de los pelos y lo encarcelan como encarcelaron a Noriega?
Mientras tanto la esperanza kurda que venía con buena crítica; ya había ganado el Oso de Plata, había ganado en Cannes, había ganado en San Sebastián, solo le faltaba el Oscar y cinco segundos después de declarar zona liberada el norte de Siria comenzaron a matarse entre ellos.
Evidentemente esto es algo de corte netamente materialista: sencillamente no pueden; dice Schmitt que Lenin invirtió la máxima de Clausewitz e hizo de la política la continuidad de la guerra… hay en todos nosotros una inercia hacia el ‘retruécano’ y digo inercia casi en sentido literal, porque es como un fenómeno de la luz, un fenómeno especular, un fenómeno de los espejos; pero si buscásemos su rastro ya lo encontraríamos en Nietzsche en la inversión de los valores y antes en Pablo («todo lo que tenía por ganancia ahora lo tengo por pérdida») y antes en los arquetipos del platonismo de los cuales este mundo sería apenas su copia invertida.
Ustedes observen que antes la política amenazaba con convertirse en guerra, tal como amenazan los chaparrones -rayos, centellas, truenos y nubes negras cargadas con toneladas de agua- todos los políticos se doblegaban ante esta situación, los pueblos ya estaban mentalizados que cualquier decisión que se tomara sin tener en cuenta a los intereses del amo imperial solo prolongaría la agonía… apenas se nos permitía como paliativo el psicoanálisis filosófico de Agamben
Teníamos los claros ejemplos de Vietnam o Dresde o Hiroshima, luego de sortear infinidad de trampas y acechanzas cualquier proceso político liberador acabaría enfrentándose a un poder fáctico a simple vista inconmensurable… sin embargo hubo quienes se enfrentaron, usaron la astucia (el papa Francisco fue la última granada que arrojó desde el suelo Benedicto XVI) el tesón, la perseverancia, el fanatismo, la desesperación, el oscurantismo confirmaron día a día que la alianza era inquebrantable… estaba claro que si uno solo caía, caerían todos los demás y hoy: EEUU está como McGregor en el último round ante Mayweather.
Los más, ante esta situación de sometimiento, montaron el carnaval del populismo.
¿Resultado de la «construcción discursiva del antagonismo»?
Macri presidente y acaba de ganar en todo el país las últimas legislativas.
¿Habrá un segundo mandato de Trump?
Se cumpliría la profecía de Philip Dick (1968) con solo cambiar algunos gentilicios.
¿La Fundación Obama tomará la posta de la Fundación Clinton?
Me gusta Michelle.
Sea como sea, vivimos ese leninismo que señaló Schmitt: la política es ahora la continuidad de la guerra y esto es materialismo puro.
saludos, siempre leo el blog, disculpen los errores de piteo.
Fe de errata: ‘El hombre en el castillo’, de Philip K. Dick, es anterior a 1968.