El presente artículo se centra en la moral antiestratégica formulada en el último párrafo de «¿Es inútil sublevarse?», texto de 1979 con el que Michel Foucault busca dar por terminadas las polémicas suscitadas en torno a sus crónicas dedicadas a la Revolución Iraní. En dicho pasaje, Foucault propone una suerte de pauta o criterio de acción en el cual se conjugan de una particular manera lo singular y lo universal. El análisis de los supuestos y de las implicancias que pueden deslindarse de esa formulación permiten hilvanar varios de los desplazamientos conceptuales que balizan el horizonte político del pensamiento foucaultiano. En pos de lograr una caracterización de dicho horizonte, se consideran los modos en los que aparece la noción de política en la obra de Foucault, el aporte de las experiencias heterotópicas, las singularidades comprendidas en su positividad y la dimensión de lo universal articulada desde una perspectiva que se desmarca de los planteos humanistas.