La novela de Ursula K. Le Guin La mano izquierda de la oscuridad ha servido para hacer avanzar el discurso sobre el género y la sexualidad desde su publicación hace más de cincuenta años. Muchas respuestas críticas a la novela se centran en estos temas a pesar de su función como velo de la intención original de Le Guin. El género y la sexualidad son barreras que el lector debe traspasar para comprender plenamente el triunfo de la novela. No cabe duda de que este libro plantea preguntas y nos hace replantearnos nuestras ideas preconcebidas sobre el género y la sexualidad, y esto confirma un éxito del experimento mental de Le Guin, pero la intención primordial era ir más allá del género y la sexualidad para revelar una característica humana.
Literatura
Simone di Biasio / Dahl, traición y traducción
Literatura, PolíticaCierto, en la versión original de “Charlie y la fábrica de chocolate”, los Oompa Loompas eran “pigmeos negros”, pigmeos negros que Willy Wonka traficaba desde “lo más profundo y oscuro de la selva africana”. Eso fue en 1964 y diez años después, en 1973, el propio Roald Dahl cambió la apariencia de aquellos seres para convertirlos en pequeñas criaturas fantásticas. Ahora Dahl ya no está entre nosotros y quienquiera que sea el encargado de las nuevas ediciones de sus libros ha decidido introducir algunos cambios en los textos de uno de los escritores más queridos y leídos de los últimos 50 años. No he utilizado deliberadamente la especificación “para niños”. Las brujas”, “El GGG”, “Los hombres sucios”, “Matilda”, “Charlie y la fábrica de chocolate”: me parece que más o menos todos hemos leído sus libros de niños y los que no -como yo, por ejemplo- los hemos recuperado luego de adultos, encontrando en ellos todavía un cierto gusto inmutable, tanto estético como literario. Al margen del alboroto que suscita esta operación, no podemos sino sentirnos aliviados por la centralidad que lo que se define como “literatura infantil” ha asumido finalmente en los últimos años para distinguirse de otras literaturas, de la alta literatura. Y por eso hasta Salman Rushdie tuiteó contra la decisión de la Roald Dahl Story Company -la empresa propietaria de los derechos del autor- y Puffin Books -la editorial de los libros de Dahl-, calificándola de “censura absurda”. Desde 2021, Netflix ha adquirido la totalidad de la ‘Dahl company’: no hace falta comentarlo, la edición también es un negocio, la industria del libro también es un negocio. Es inútil gritar escándalo: bastan algunas reflexiones.
Javier Pavez / Dos versiones de the task of the translator of Antigone de Anne Carson
Literatura, PoesíaEn Ficción de la razón presentamos Dos versiones de the task of the translator of Antigone de Anne Carson traducidas por Javier Pavez. El texto viene acompañado de fragmentos de la edición en inglés, en una apuesta visual y escritural del propio traductor.
Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: borrachera, cuerpo e inmundicia
Estética, Filosofía, LiteraturaLas noches de verano no requieren de sueños ni de esperanzas. Sobre las mesas de un bar cuya materia se desvanece hasta confundirse con el humo, o bajo la luz de faroles callejeros que se cruzan de brazos mientras uno cruza las piernas, el calor del verano asedia. Las noches de verano no permiten sueños ni esperanzas: ya no permiten dormir ni dentro ni fuera de casa. Tras la historia de un mal año, y perseverando más allá de infatigable cansancio, el cuerpo por fin pide exactamente aquello que la noche le ofrece: sudor, fluidos y carne. Luces y opacidades. Recuerdos y olvidos. Borracheras.
Miguel Ángel Hermosilla Garrido / Pedro Lemebel y el comunismo sucio de los sentidos
Filosofía, LiteraturaPara Sergio Villalobos Ruminott.
“Como si esa hora del día fuese un referente laboral de trabajo instantáneo, una medida burguesa de producción para esforzados que para entonces ya tienen medio día ganado, después de hacer footing, pasear al perro y teclear en la computadora la economía mezquina de sus vidas”. Pedro Lemebel. La esquina es mi corazón.
Estar en ningún sitio puede ser el desafío ocurrente de un errar sin identidad en la pérdida de un yo que nos deslice desaparecidos, exilicos y andariegos por los veraneos an-arquicos de un sin estar tantas veces inmovilizado por la identidades rígidas de la mirada policial y uniforme del preguntar filosófico. La escritura en sus devaneos subversivos y menores podría ser una entrada que interpele con lengua sucia y liminal a la literatura políticamente correcta y sus retoricas soberanas. En ese sentido la perspectiva rizomatica, descentrada y desosegada de los antagonismos moleculares de una lengua callejera y abierta a la historicidad de los cuerpos heteróclitos que se deslizan por la ciudad siempre vigilada de las crónicas urbanas de Pedro Lemebel1, se constituyen en un resonar de sarcástica imaginación y desobediencia frente toda forma de institución y jerarquía que pretende uniformar en canon identitario y monumental el gesto an-estetico de su incomoda “lengua de sal incomprendida”( p120).
Tariq Anwar / El vértigo
Filosofía, LiteraturaExiste un vértigo inicial, el vértigo de la existencia. En él nos encontramos rara vez. Es como esa imagen relampagueante de la que hablaba Benjamin. Imagen que no puede ser vista, mas condición de toda imagen. Es decir, el vértigo de la existencia es desde siempre una especie de inalcanzable al que toda mano tiende sin encontrar apoyo, un desdoblamiento perpetuo que crea la sensación de un yo firme y soberano, un caos al que tememos arrojarnos y preferimos montar sobre él un mundo cuadriculado. El vértigo de la existencia es temblor. Sacudida en la que el yo se encuentra a distancia de sí, se confunde con los otros. No hablemos de profundidades, o digamos mejor, se trata de la profundidad de la superficie, de lo expuesto.