Donsatula / Crónica de un volantín cayendo en un habitación de tortura

Literatura

Un camión. Un camión recolector de basura. Un niño. Un niño encumbrando un volantín. El sol. El sol cegando por momentos las pupilas del niño. Papeles en múltiples colores. En el fondo risas y olor a pan amasado. Hay mucha gente. La tarde de Septiembre atrae a la gente y los miles de años de invoevolución le prestan alas y zumbidos de abejas. Es sábado y Don Francisco grita y se burla, gangosamente, de los concursantes. En la esquina, en un rincón de ésta, los alambres que forman los neumáticos aún humean, pero nadie le da importancia. Un helicóptero irrumpe en la escena y ahí sí que todos se apuran a mirar. Algunas madres, temerosas, jalan de un ala a los más chicos y los entran a sus casas. Las radios bajan el volumen del encuentro pelotero entre Aviación y Cobreloa. El niño continúa su juego, inmerso en el azul cielo que en ese momento cubre las cabezas de menos de 10 millones de habitantes.

Juan Manuel Rivas / Los muertos no escriben, pero sí accionan portales. Comentario literario sobre “Los muertos no escriben” de Emilio Ramón

Literatura

En el panorama actual de la novela nacional se pueden encontrar propuestas que avanzan por diferentes derroteros e inquietudes, muchas de las cuales son difíciles de ser adscritas a un estilo definido. No obstante, la escena independiente ofrece discursos pletóricos de creatividad y exentos de límites estéticos. En este caso la apuesta de Emilio Ramón con su novela “Los Muertos no escriben” brinda aire fresco y nos traslada irrevocablemente a los autores de fines del siglo pasado, con sus discursos embadurnados de impresionantes bandas sonoras, drogas y postmodernismo muy en la senda de autores como Irving Welsh, Nick Hornby o Thomas Pynchon.

Miguel Ángel Hermosilla Garrido / Pedro Lemebel y el comunismo sucio de los sentidos

Filosofía, Literatura

Para Sergio Villalobos Ruminott.

Como si esa hora del día fuese un referente laboral de trabajo instantáneo, una medida burguesa de producción para esforzados que para entonces ya tienen medio día ganado, después de hacer footing, pasear al perro y teclear en la computadora la economía mezquina de sus vidas”. Pedro Lemebel. La esquina es mi corazón.

Estar en ningún sitio puede ser el desafío ocurrente de un errar sin identidad en la pérdida de un yo que nos deslice desaparecidos, exilicos y andariegos por los veraneos an-arquicos de un sin estar tantas veces inmovilizado por la identidades rígidas de la mirada policial y uniforme del preguntar filosófico. La escritura en sus devaneos subversivos y menores podría ser una entrada que interpele con lengua sucia y liminal a la literatura políticamente correcta y sus retoricas soberanas. En ese sentido la perspectiva rizomatica, descentrada y desosegada de los antagonismos moleculares de una lengua callejera y abierta a la historicidad de los cuerpos heteróclitos que se deslizan por la ciudad siempre vigilada de las crónicas urbanas de Pedro Lemebel1, se constituyen en un resonar de sarcástica imaginación y desobediencia frente toda forma de institución y jerarquía que pretende uniformar en canon identitario y monumental el gesto an-estetico de su incomoda “lengua de sal incomprendida”( p120).

Juan Manuel Rivas / Cómo abordar un artefacto mágico: los poemas como designios. Reseña sobre “Poemancias”, de Micaela Mendoza y Adrell Romero

Literatura

Como definir la crispación de la marea cuando el viento dibuja su suave ondulación o como cincelar la madera reblandecida por la humedad del tiempo siniestro. Hay cosas que no se pueden describir tan fácilmente. “Poemancias” (2020, Editorial Perro Negro: Bolivia), de las poetas y transmutadoras Micaela Mendoza, boliviana, y Adrell Romero, mexicana, es a todas luces un libro oracular, un poemario de alcances proféticos y que funciona como tarot, donde cada carta unge al poema al lugar que siempre ha debido tener: un designio procedente de las profundidades del alma. Si bien el concepto de la obra transita por las mancias propias del devenir mágico, también quedan de manifiesto temas propios del mundo conocido de las autoras. Es extravagante señalar que este proyecto comenzó por vía mántica, pero así lo expresa una de sus autoras, Micaela Mendoza, quien habita las alturas de Bolivia y agrega que este juego de puertas se inició a través de una conexión astral con Adrell, la otra autora, quien vive en México: “Comenzamos a tirar las cartas a distancia y a hacer rituales y después a realizar el estudio de los símbolos y de ahí fueron saliendo los poemas”. Asimismo, se unió a esta aventura la diseñadora y taromante Carla Spinoza, quien proveyó de surrealismo y arte al proyecto. Según agrega Mendoza “el proceso fue detallado, largo, contemplativo y lleno de ceremoniosidad, pero el resultado vale la pena puesto que hace su ciclo vital en las manos de cada persona, es un oráculo literario finalmente”, sentencia la poeta.

Alexis Donoso G. / Señales que precederán al fin del mundo de Yuri Herrera

Literatura

La tendencia a reducir esta novela, por un lado, a cumbre de la literatura de frontera, y por otro, a dos temas fundamentales del subgénero narconovela como son la migración y el narcotráfico, no aporta para extraer un mayor rendimiento de la misma en cuanto a la obtención de significados distintos, al contrario, empobrece el proceso de análisis entrampando y clausurando sus posibilidades de interpretación. Por tanto, es necesario ofrecer una lectura distinta que pueda aportar una salida hacia nuevos sentidos que enriquezcan de este modo la experiencia de la lectura de lo que Yuri Herrera (Actopan, 1970) propone y describe.

Guillermo Enrique Fernández / En torno a la lectura de A la caza del animal que no se oculta de Ramón Guzmán Rallimán

Literatura

Estamos como lectores y lectoras a la caza del animal que no se oculta, la palabra se transforma por una letra en casa, una casa para siempre, no sabemos si entramos a la casa o es la casa de la cual no hemos podido salir y no lo sabíamos, o no queríamos reconocer como casa. Una casa que no cobija, sino que es inhóspita, como el mundo, la historia.