Fuente: thephilosophicalsalon.com
Cuando George Floyd fue asesinado, empecé a enseñar Espectros de Marx, de Derrida. Puede parecer una elección extraña, pero el texto nos permitió plantear tres cuestiones sobre la justicia, sobre todo si lo más chocante de un hecho tan chocante es que no es tan chocante.
En primer lugar, ¿cómo podemos tomar una protesta bajo el lema “Sin justicia, no hay paz”? Segundo, ¿cómo podemos escuchar las palabras de Floyd: “No puedo respirar”? En tercer lugar, ¿cómo podemos entender su llamada final a su “Mamá”?
La primera pregunta nos permite ver que “No justice-No peace” podría significar que hasta que no nos den justicia, no habrá paz. Por tanto, si nos das justicia, te daremos paz. Porque, esta es la comprensión tradicional de la justicia como venganza o retribución, el intercambio igual o equivalente de un ojo por un ojo, o un ojo por una pena justa, es decir, la satisfacción de la corrección de un mal, que reequilibra la balanza, rearmoniza la sociedad, pone un mundo desajustado de forma segura de acuerdo con la ley.