Fuente: Antinomie.it
Con los museos cerrados, nos preguntamos por las obras del museo imaginario colectivo. ¿Cuáles son los iconos que más echamos de menos, o los que describen nuestros miedos y pesadillas? ¿Cuáles son los que realmente nos gustaría ver en estos meses de crisis existencial?
Así que vuelvo a una escritora que releí durante el verano, cuya obra está marcada por el recuerdo de los cuadros de la historia del arte europeo: Marguerite Yourcenar. Su autobiografía en tres volúmenes (Memorias del cuidado, Archivos del Norte y ¿Quoi? L’Eternité, Einaudi) se inscribe en la mejor tradición del género; también para Marguerite Yourcenar la autobiografía es una forma de búsqueda de sí misma en los demás, un intento de reflejarse en las oscuras profundidades de la historia que la precede. Desde el principio, como en otras novelas, se intuye una búsqueda minuciosa en archivos y objetos familiares, pero el esfuerzo por dar vida al pasado se apoya en gran medida en las imágenes.