Rodrigo Uribe Otaíza / Cartografía IV. Los intrascendentes y los cualquiera

Filosofía, Política

Secreto a voces. Territorio acorralado. Palabras vacías, principios sin horizonte. Todo abunda en la hacienda vocal de nuestro presidente don Patrón. La larga gesta de nuestra historia agreste. Un Barros Luco, aceitoso y pelado. Los intrascendentes. Siempre los intrascendentes, los don nadie, los que se creen mucha cosa. Chile adolece de sí mismo, porque tiene pesadillas de unidad, tolerancia y paz. Le teme a la violencia. Pobre bebé acorralado. Pobre ovejita con colmillos. Las cunitas de oro de su breve ilustración derogada, sin seguridades.

Rodrigo Uribe Otaíza / Cartografías III. La pax araucana

Filosofía, Política

Habita al lenguaje, desplegante en sus tecnologías del dialogo. Se imbuye del inmenso párrafo dotado de mitologías políticas poderosas, de liturgias intransitivas, de rituales no intensos. Logo o no logo. Palabra o verbo. Una vez los militares salieron a la calle en el 18 de octubre del 2019, la marcha de los fusiles, los comandos de escritorio, no han dejado de derramar ríos de tinta roja por calles tuertas. La fotografía política recalcó al lapsus compartido que recordaba a un Sebastián Pinochet al mando. Vendaval contra el barco, timón apretado por brazos cortos y tiesos, velas desplegadas. Ahí donde la digitalidad se definía por el mundo dentro de mundos, por el enjambre infinito de una red de redes1, su gesta política reiteró el discreto justificativo frugal: gran crisis dada dentro de la época general de las crisis2. Erección del gran epitafio político de la transición, su criminología, su letarguismo ilustrado. Cifra elemental, de palacios monetarios dentro de una democracia presupuestaria. Todo ha sido convocado por la pregunta por el origen de su archivo: ¿es el Estado de Sitio una alternativa política? ¿Puede retomarse la relación original entre violencia legal y extracción productiva?

Xavier Brito-Alvarado y José Capito Álvarez / Neoliberalismo como necropolítica zombi

Filosofía, Política

Las condiciones socioeconómicas que atraviesa la mayoría de la población mundial han sido propiciadas por la implementación de políticas neoliberales, que han conducido a que lo sujetos vivan un mundo desbocado, con trabajos y salarios mínimos para sobrevivir. En este panorama se consolidan nuevas miradas críticas que aportan formas de reflexión del mundo como es el caso de la necropolítica, un concepto más cercano a las condiciones particulares de los países llamados en “vías de desarrollo”. La figura del zombi se ha convertido en una metáfora para estos tiempos, para describir aquellos sujetos devenidos en cosas, que al igual que el zombi actúan de forma de irracional, que consume sin cesar cuando pueden, aunque no necesitan nada. Este ensayo explora desde la mirada de las ciencias sociales el cambio de paradigma de la biopolítica y biopoder a la necropolítica, dentro de un sistema neoliberal. Para esto se ha adoptado una escritura basada en aportes de autores como: Marina Gržinić y Šefik Tatlić, 2014; Achille Mbembe, 2011; Sayak Valencia, 2010; Clara Valverde, 2016. Hoy el capitalismo neoliberal funciona como empresa zombi que devora todo lo que encuentra, destruyendo la naturaleza y las sociedades.

Agostino Cera / El capital pandémico o de la nueva fuerza de gravedad

Filosofía, Política

Fuente: Le parole e le cose

Naturalizar: transformar lo accidental en necesario, lo reversible en inexorable. Atribuyendo a la posibilidad el carácter, incluso el estatuto ontológico, de la necesidad. Hacer de la contingencia un destino.

A la ya larga lista de nuevas experiencias que este último e increíble año nos ha obligado a vivir (a las que, de hecho, habríamos renunciado de buen grado), hay que añadir, con especial referencia a las últimas semanas, una observación colectiva y concreta, incluso cotidiana: la constatación del nivel de naturalización que ha alcanzado la lógica del capital. El acontecimiento de la pandemia está contribuyendo de forma decisiva a que nos demos cuenta de lo mucho que han arraigado, no sólo en nuestra interpretación, sino incluso en nuestra percepción del mundo. En la propia forma de ver la (al)realidad. Estas lógicas se han convertido en lentes que no podemos desvestir porque ya no somos capaces de percibirlas como accesorias (opcionales, contingentes, reversibles…). Esas lentes nos parecen, las sentimos, como si fueran nuestros propios ojos: dotaciones naturales, orgánicas, sin las cuales no podemos imaginarnos. Privados de ese punto de vista particular, tendríamos la impresión de no poseer ya ninguno, de estar reducidos a la ceguera. El resultado final de este hábito arraigado, cristalizado, incrustado, corresponde a la legitimación definitiva de planteamientos interpretativos y órdenes de prioridad que, evaluados desde otra perspectiva (con otras lentes), parecerían, si no aporéticos, al menos problemáticos o cuestionables y, por tanto, susceptibles de ser discutidos, cribados, ponderados… antes de ser finalmente aceptados.

Giorgio Agamben / Cuando la casa se quema

Filosofía, Política

“Todo lo que hago no tiene sentido si la casa se quema.” Sin embargo, cuando la casa se quema, es necesario continuar como siempre, hacer todo con cuidado y precisión, tal vez incluso con más cuidado, incluso si nadie se da cuenta. Puede ser que la vida desaparezca de la tierra, que no quede ningún recuerdo de lo que se ha hecho, para bien o para mal. Pero sigues como antes, es demasiado tarde para cambiar, no hay más tiempo.

“Lo que sucede a tu alrededor / ya no es asunto tuyo.” Como la geografía de un país que tienes que dejar para siempre. Y sin embargo, ¿cómo es que todavía te concierne? Justo ahora que ya no es asunto tuyo, que todo parece haber terminado, que todo y cada lugar aparece en su forma más verdadera, de alguna manera te tocan más de cerca – como son: el esplendor y la miseria.

Giorgio Agamben / Estado de excepción y estado de emergencia

Filosofía, Política

Un jurista al que una vez tuve algún respeto, en un artículo recién publicado en un periódico alineado, trata de justificar con argumentos que quisieran ser legales el estado de excepción declarado una vez más por el gobierno. Retomando, sin confesarlo, la distinción schmittiana entre una dictadura comisionada, que tiene por objeto preservar o restaurar la constitución actual, y una dictadura soberana que tiene por objeto establecer un nuevo orden, el jurista distingue entre emergencia y excepción (o, como sería más preciso, entre estado de emergencia y estado de excepción). El argumento, de hecho, no tiene fundamento en el derecho, ya que ninguna constitución puede prever su subversión legítima. Por eso, con razón, en su documento sobre Teología Política, que contiene la famosa definición del soberano como el que “decide sobre el estado de excepción”, Schmitt habla simplemente de Ausnahmezustand, “estado de excepción”, que en la doctrina alemana e incluso fuera de ella se ha impuesto como un término técnico para definir esta tierra de nadie entre el ordenamiento jurídico y el hecho político y entre la ley y su suspensión.