Mauricio Acevedo / Giordano Bruno el silenus praeposterus

Filosofía, Política

La inminente irrupción kastista en la vida política pública chilena podría devenir en una amenaza ineluctable contra la manifestación de la potencia común inmanente a la vida infinita. Platón nos ha heredado la importancia de desvelar la verdad en el entreverado juegos de rostros que confunden al parresiastes con su inversión: el retórico. En el Critón los sofistas lograron que Sócrates fuera sentenciado a la pena capital por blasfemar contra los dioses y corromper a la juventud, además, Platón nos enseña que la apariencia no sólo se contrapone a la verdad, sino que muchas veces la sustituye. En consecuencia, Sócrates es presentado –por Platón– como un Sileno porque en apariencia era feo, tosco y moralmente «corrompía a la juventud», cuando en verdad, lo que subyacía en él era una actitud parresiástica que sólo anhelaba el amor a la verdad y a la virtud.

Aldo Bombardiere Castro / Memes por Boric: la esperanza transformadora

Filosofía, Política

Casi inmediatamente después de que Kast se impusiera en la primera vuelta de las presidenciales, una ola irrefrenable de imágenes cómicas, denominadas “memes”, inundaron las redes sociales en apoyo a Gabriel Boric. Dicho fenómeno, de ningún modo ha sido parte de una estrategia comunicacional dictada desde algunas dirigencias sociales o vanguardias intelectuales, ni tampoco responde a una planificación explícita de campaña partidista. Más bien, ha florecido de manera, si se quiere, “espontánea”. O, al menos así se presenta al imaginario social y comunicacional que considera a la conciencia subjetiva y a la voluntad del sujeto como los agentes claves en los procesos electorales. Visto de tal manera, efectivamente el fenómeno no es, con propiedad, un fenómeno (un objeto que aparece ante, en y gracias a la conciencia subjetiva), sino una especie de gestualidad o telón de fondo, un animus o tonalidad atmosférica capaz de abrazar y encender, de expandirse, desplegarse y marcar el ritmo, tanto de la campaña como, sobre todo, de la intensidad y esperanza con que se vive el presente.

Rodrigo Karmy Bolton / Libertad

Filosofía, Política

El 30 de septiembre de 1975 tres fascistas del barrio de Parioli matan a una chica, María del Rosario López y hieren a otra, Donatella Colasanti. En este momento Pier Paolo Pasolini interviene en una entrevista crucial: “En realidad –dice- la criminalidad de los neofascistas del Parioli y de los hampones subproletarios tiene el mismo origen: la destrucción de los valores tradicionales debida no a un revolución intelectual y obrera sino a la revolución derechista del consumismo.” En esta misma órbita el propio Pasolini había subrayado la existencia de una mutación antropológica de los italianos que condicionaba un período de homogeneización y docilización brutal de las poblaciones y que, siendo diferente a las formas de ejercicio tradicional del poder, Pasolini denomina el “Poder” –con mayúscula para situar la dimensión nueva e impersonal de la nueva realidad. Pero sin vacilar, esa mutación antropológica devenida por la “revolución derechista del consumismo”, Pasolini calificó de “fascismo”. No porque dicha realidad sea igual a los años 20 o 30, sino porque, a pesar de su diferencia, se resuelve bajo un poderoso aparato de homogeneización capaz de reducir la existencia humana al consumo. Pasolini escribe durante la primera mitad de los años 70.

Gonzalo Díaz Letelier / Anti-intelectualismo y estetización fascista, pulsión mimética y nuevas transitologías

Filosofía, Política

ANTI-INTELECTUALISMO Y ESTETIZACION FASCISTA

Tras los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile se desencadenó un clima de desazón y ansiedad que, por fortuna, con los días ha dado paso nuevamente a uno de recomposición erótica de afectos alegres y creatividad –lo que de alguna manera es no sólo uno de los sellos del octubrismo (“tardamos mucho en encontrarnos, ahora no nos soltemos”), sino también un poderoso antídoto a la nube negra del fascismo que, cual religión de la muerte, se alimenta de pasiones tristes y sacrificios.

Tariq Anwar / Cuerpo

Filosofía, Literatura

Todavía, queridos amigos, debemos preguntarnos qué es un cuerpo. Un cuerpo sin órganos nos dice lo que puede un cuerpo, pero ese poder es el cuerpo. Cuerpo potencia, cuerpo que empuja. Bombeamiento de sangre que es resistencia a cada segundo. Conatus es cuerpo. Intensidad y movimiento perpetuo, que sólo la muerte trans-figura, para que sus potencias se alíen amistosamente a otros cuerpos. Qué puede un cuerpo es lo que es un cuerpo. No hay nada más, pero es mucho. Es tan excesivo que a cada instante el cuerpo quiere abandonarse tanto como conservarse. El cuerpo quiere viajar, desplazarse, tocar y amar con otros. Nada lo detiene, ni siquiera el mito fascista de la identidad o la quietud del orden. El fascismo fracasa porque no va con el mundo, no atiende a la fuerza de la vida, que es la mezcla de todo con todo, ni comprende qué significa verdaderamente estar vivo, es decir, vivir el cuerpo. Cuerpo que vive es potencia abierta, sólo limitada por su capacidad de relación. Cuerpo que muere es potencia disgregada, a la espera de nuevas relaciones. Frente a la extrañeza del otro que produce el fascismo (inmigrante, pobre, mapuche, negro), la potencia de la vida se alimenta sólo de la recepción, del mestizaje infinito, del amor al otro que se sumerge en el propio cuerpo para hacer aparecer un yo. Cuerpo es la potencia tal como la vivimos.

Rodrigo Karmy Bolton / La Potencia Feminista

Filosofía, Política

Quizás, una de las pocas potencias que pueda salvar la candidatura de Gabriel Boric sea la plurivocidad del feminismo. Digo “potencia” y no movimiento, para subrayar la existencia de varios movimientos que remiten a una potencia común, en la que irrumpen ritmos y líneas de fuga que, atravesadas con otras, han dado vida al octubrismo. ¿Qué es el octubrismo? Nada más que un encuentro. Instante de multiplicidades, mezclas inesperadas que ritman en común. Justamente en el momento en que una candidatura pinochetista amenaza con ganar la presidencia a favor de una comunidad de la separación –una vida común cercenada, dibujada con múltiples zanjas, muros, dispositivos de seguridad- son las mujeres el blanco más preciado para dicha violencia y, a su vez, la potencia más decisiva que puede hacerla retroceder. Porque si el pinochetismo constituye una violencia orientada a separar a los individuos entre sí, cercenando sus afectos e inundándoles de pasiones tristes, el feminismo es justamente la intensidad que destituye toda separación y restituye la potencia afectiva de los cuerpos.