Rodrigo Karmy Bolton / La Potencia Feminista

Filosofía, Política

Quizás, una de las pocas potencias que pueda salvar la candidatura de Gabriel Boric sea la plurivocidad del feminismo. Digo “potencia” y no movimiento, para subrayar la existencia de varios movimientos que remiten a una potencia común, en la que irrumpen ritmos y líneas de fuga que, atravesadas con otras, han dado vida al octubrismo. ¿Qué es el octubrismo? Nada más que un encuentro. Instante de multiplicidades, mezclas inesperadas que ritman en común. Justamente en el momento en que una candidatura pinochetista amenaza con ganar la presidencia a favor de una comunidad de la separación –una vida común cercenada, dibujada con múltiples zanjas, muros, dispositivos de seguridad- son las mujeres el blanco más preciado para dicha violencia y, a su vez, la potencia más decisiva que puede hacerla retroceder. Porque si el pinochetismo constituye una violencia orientada a separar a los individuos entre sí, cercenando sus afectos e inundándoles de pasiones tristes, el feminismo es justamente la intensidad que destituye toda separación y restituye la potencia afectiva de los cuerpos.

Aldo Bombardiere Castro / Apuntes sobre las presidenciales: el deseo securitario y la captura del deseo

Filosofía, Política

Luego de suspender el tiempo histórico y la cotidianidad individualista, luego de destituir la última actualización del pacto oligárquico plasmada en la Constitución del 80, la revuelta dejó sus ecos, sus esquirlas afectivas dispersas sobre las plazas.

En estos meses, esas esquirlas disparadas hacia el infinito, esas modulaciones dentro de una atmósfera atonal y descentrada, han sido capitalizadas y capturadas por el neofascismo. Su éxito, cual arte alquímico, consiste en transmutar el deseo: hacer de la rabia popular y de la potencia común de los cuerpos derramados por las calles, un odio contra el migrante, una valoración de lo securitario, una sacralización de la propiedad y una homologación de todos los tipos de violencias en la condena de cualquier violencia (“venga de donde venga”). Miedo.

Mauro Salazar Jaque / Kastización. Del paroxismo de la revuelta a la esperanza securitaria.

Filosofía, Política

a Rodrigo Karmy.

Qué decir sobre los arabescos mediáticos de José Antonio Kast en los últimos días. Hay muchas cosas que decir. Por de pronto el líder del Partido Republicano ha sido mordaz en restituir el agotado “principio de autoridad” que ha envilecido a instituciones, elites y la casta política en general. Mediante un rudo expediente que entremezcla el flagelo de la plebe, y los padecimientos de los menesterosos, la operatoria se funda en administrar el terror del “porvenir proleta”. Y así, el miedo se centra en sostener que la ausencia de horizonte para los pobres es que “los otros sí gozan de un futuro posible”. El origen de la tragedia fue “Paz Ciudadana” (“años 90”) con ese clamor por territorializar los afectos del terror como un dispositivo prevalente, capaz de auscultar diversos dominios de afecciones bajo la modernización.

Jorge Andrés Gordillo López / Historicidad y revueltas: comentario a Asedios al fascismo, de Sergio Villalobos-Ruminott

Filosofía, Política

Impartida por Theodor W. Adorno en 1959 ante el Consejo de Coordinación para la Colaboración Cristiano-Judía[1] “¿Qué significa elaborar el pasado?” es una conferencia cuya actualidad provoca planteamientos críticos acerca de cómo producir vínculos con los pasados en sociedades hechizadas por la administración y la minoría de edad. La producción de discursos acerca de los pasados genera formas de socialización y experiencias de mundo. La importancia de las tecnologías con las que se relata, la relación que se establecen con y en ellas, de no estar cargadas por una autorreflexión inmanente, desatan sus versiones devastadoras vía la razón instrumental. En este sentido, no es gratuito que Adorno haya preparado el texto para una institución que, inaugurada tras la Segunda Guerra Mundial por dos monoteísmos en alianza con el Estado y otras organizaciones, promovió la construcción de la República Federal de Alemania (1949-1990) apelando, sobre todo, a “la culpa histórica” de la “destrucción de la vida judía” sistematizada por el nacionalsocialismo. La urgencia y el cuidado del pensamiento histórico no puede ser ingenuo ante la historicidad de las condiciones de posibilidad del fascismo, pero tampoco frente a las de su actualización, las retóricas de su “superación” y las formas de confrontar su proliferación. La domesticación del pensamiento separa este problema de su concreción histórica vía resoluciones de expertos y análisis ilegibles e infumables. Ceder a la obediencia de sus formulas es asentar la dominación que viene. En palabras de Adorno:

Carlos Chacón / Hitler, hoy

Filosofía, Política

La noción de l’univers concentrationnaire, título que lleva la obra muy apreciada por Sartre de David Rousset sobre los campos de concentración en la Segunda Guerra, se actualiza a medida que abocamos prácticas cotidianas al consuelo integrador de cuadros, ya sean de cemento o de silicio, y cuando las autoridades parecen transgredir sus más razonados límites de intervención. Jean-Paul Sartre y Paul-Michel Foucault cruzaron, en 1972, y por medio de las páginas del periódico Le Mond, sus opiniones discrepantes al respecto: Foucault estaba convencido de lo inapropiado de la adopción de dicha analogía, mientras que Sartre la usaba para convocar una lucha contra el régimen de represión del Estado francés. Esa misma noción no deja de resultar actual, más allá de la mera analogía, y más acá de la represión estatal.

Daniel Tanuro / Una crisis global, sistémica y sin precedentes

Filosofía, Política

La naturaleza sistémica de este extraordinario acontecimiento es evidente por el origen del virus, su modo de propagación y sus efectos sociales.

En los últimos decenios se ha descubierto que los virus rompen la barrera de las especies, se adaptan y contaminan al Homo sapiens, causando zoonosis. El SARS-CoV2 no es una excepción: además del VIH, se han conocido el Ébola, el Chikunguniya, el Zika, el SARS1, el MERS, la gripe aviar y algunos otros. Sin embargo, existe un amplio consenso entre los especialistas en que el salto de especies es atribuible a la deforestación, a la industria cárnica, a los monocultivos agroindustriales, al comercio de fauna silvestre, al lavado de oro, etc. Es decir, en términos generales, la destrucción de los entornos naturales por el extractivismo y el productivismo capitalista. Por lo tanto, COVID-19 no es una maldición que nos lleva de vuelta a la Peste Negra y a otros flagelos de la salud de la antigüedad; por el contrario, nos proyecta hacia las pandemias del futuro. Aunque el virus desaparezca, aunque se desarrolle una vacuna (¡no hay certeza al respecto, el VIH y la hepatitis C lo prueban!), otras pandemias ocurrirán mientras no se hayan erradicado los mecanismos responsables de las mismas.