Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: Inv(f)ierno

Filosofía, Literatura

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La experiencia del insomnio es, en sí misma, la experiencia de la angustia ante el absurdo. En ella se expresa, como una mueca cruel y trémula, el desfondamiento de cualquier ilusión acerca de la armonía de la existencia y de su sentido. ¿Por qué? Porque el insomnio revela la peor de las tragedias, el más lacerante de los propios males. Al irredento sudor de esas noches, los insomnes flaquean: los hombres, quienes creen ser siempre hombres, dueños de sus pensamientos y gobernantes de sus acciones, siente cómo el vértigo de la nada perfora su pecho hasta vaciarlo por completo, hasta tornarlo un abismo. En efecto, la experiencia del insomnio pareciera, antes que constituir una experiencia límite, tensar y retorcerse sobre todos los límites. En la plaga de inmediatez que padece el insomne, el tiempo se manifiesta de modo contraído, como si hubiese suprimido su naturaleza sucesiva: no hay desesperación por el ayer ni por el mañana, sino por un inhabitable ahora que, lejos de cuajar en presente, aparece como límite y limitación. El caudal de pulsiones atormenta y asedia al insomne, llevándolo a enfrentarse consigo mismo: tal vez sólo en ese estado se pueda responder con total seriedad a la pregunta por el suicidio, aquella pregunta donde se juega el más mínimo sentido o sinsentido de la vida. Pues, cuando nos interpela, el insomnio apela a la contradicción de nuestra voluntad: mientras más queramos dormir, menos podremos hacerlo; mientras más esfuerzo pongamos en dormir, en abandonarnos, más lejos nos encontraremos del sueño, y más cerca de la culpa, de la locura, de la muerte. La serpiente se come la cola, los hombres se suicidan, los atormentados no pueden entregarse al descanso. En medio de esta batalla, sólo vale confiar en que el cuerpo cruce un último límite: tensarse hasta la extenuación, hasta un desvanecimiento que le permita dormir o morir. He ahí la mortal aporía que exhibe el insomnio: envenenarnos con la turbiedad de ese aire interior, enrarecido hasta la psicosis, el cual ya no encuentra poros por donde lograr huir; el cual ya no encuentra poros por donde, dicho mismo aire, logre respirar.

Alessandra Carnaroli / Instagrameable

Literatura

querida d tuvimos el baby shower en este lugar increíble un campamento con carpas indias las luces un globo aerostático al final salió que es un niño el sexo lo tuvimos que poner en el colorido de la crema ella cortó el pastel y zas inmediatamente salió una crema azul todos aplaudieron se hicieron la foto con la puesta de sol la ropa elegante la pasta de azúcar entre los dientes giulia que quería hacerlo en la playa quería proyectar el color en las rocas cambió de opinión después de esa tragedia cosas que te angustian arruina la fiesta mejor la tarta la cabalgata las linternas

una cosa que no se puede describir una emoción el padre lloró no se puede entender si fue por el niño la continuación del apellido o todas las cosas que tienes que perder con un hijo es decir compras un hijo y pierdes el fútbol la antena tienes que hacer un coche más ancho con el asiento del coche que suena si lo cierras por error de todos modos te hemos etiquetado en los cuentos no digas que la crema parece semen por favor