Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: parecer(es)

Filosofía, Literatura

Uno nunca termina de leer, aunque los libros se acaben, de la misma manera que uno nunca termina de vivir, aunque la muerte sea un hecho cierto. Dentista, cuento de Roberto Bolaño.

¿Qué es la literatura sino aquello que sucede sin suceder? ¿Qué es la literatura sino el inagotable acontecer de un asombro distendido, cuya duración dura lo que tenga que durar y cuyo modo de darse nunca deja de ser, al mismo tiempo, un modo de inventar-se?

Así, la literatura, demandando ser escrita, puede prescindir del mismo hecho de escribirse.

Aldo Bombardiere Castro / Religión como vocación mesiánica: uso del mundo y revocación identitaria

Filosofía

La religión ha de ir más allá de la religión.

Pero este más allá no lo debemos entender en el sentido de la simple trascendencia, esto es, en el acto de sembrar la fe en un supuesto trasmundo divino para luego recibir los frutos que emerjan de éste. En caso de leerse así, la dicotomía inmanencia/trascendencia no haría más que replicar -quizás hasta la farsa- las categorías y dinámicas metafísicas tradicionales, exacerbando la determinación de los alcances, límites y articulaciones de y entre cada una de tales dimensiones, como si ellas estuvieran, desde ya, preconfiguradas en su manera de darse a la experiencia y a-la-vista.

Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: Imagen

Estética, Filosofía, Política

Hablábamos en torno a la imagen. Como no la teníamos presente, hablábamos de ella, cerca y acerca de ella. Quizás, por lo mismo, no buscábamos anclarnos a su centro trasladando a registro conceptual la presunta evidencia de su mensaje; de seguro, por lo mismo, tampoco soñábamos perdernos más allá de su periferia o proyectar nuestro eros desprovisto de objeto como si la imagen fuera un mero recipiente vacío y dispuesto a satisfacer esa voluntad que le concedería absoluto sentido desde cada sujeto. No se trataba de lo uno ni de lo otro; se trataba de lo uno y de lo otro, pero en cuanto otro más: de un indelineable. Indelineable sobre y más allá del cual el encuentro entre la consistencia irrefutable de lo representado (por ejemplo, el perro hundiéndose en Goya, que no puede dejar de ser un perro) y el deseo espontáneo de interpretarlo para sobreinterpretarlo y transgredirlo (la angustia ante una irremediable vejez, que es la vejez de Goya pero también de la pintura figurativa y del arte al servicio de la Corte) fricciona su propio abrazo, hunde el encuentro de dos dimensiones en una profundidad turbia, opaca y resistente, donde quienes se abrazan, quienes se tocan, saben que sólo han de abrazarse porque en el otro hay algo intocable que dicho abrazo quiere y no puede tocar.

Aldo Bombardiere Castro / Johann Sebastian Bach, creador de Dios

Estética, Filosofía, Música

Bach revela lo insuperable. Luego de escuchar su música nos apresuramos a circunscribirlo en un concepto: una estética del dolor, por ejemplo. Pero ello sólo cumple la función de un remedo. Otras veces, aún temblando tras el vértigo de sus armonías, tendemos homenajearlo por actuar como un insigne explorador metafísico, cuyo arte se entendería en ligazón con el quehacer de quien busca a Dios en los pliegues y grietas de su propio sufrimiento. Bach puede ser eso, aunque nunca sólo ni suficientemente eso.

Aldo Bombardiere Castro / Lenguaje: red, palabrerías, poesía

Filosofía, Política

Una red. Así de simple. Una red, eso sí, compleja y extensa, tan infinita como confusa. Eso es el lenguaje. Una red que remite a la misma red; una red de cuerdas entrelazadas, cuyos hilos se sujetan, tensan y vibran, se tocan y trastocan, se relacionan y co-constituyen unos a otros, pero siempre de modo pasajero y, a la vez, infinitamente pasajero: en viaje permanente hacia ninguna parte. El lenguaje, concebido en cuanto red, transparenta su guturalidad: los infinitos modos de modular, significar y exorcizar un grito que flota sobre la nada. Modos de mentirnos y modos de convencernos de que se hace imposible cualquier otra alternativa; modos de culparnos y de sobrevivir. Pero también infinitos modos de decir esa única verdad: que no dejamos de ser el lenguaje en el que estamos.

Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: borrachera, cuerpo e inmundicia

Estética, Filosofía, Literatura

Las noches de verano no requieren de sueños ni de esperanzas. Sobre las mesas de un bar cuya materia se desvanece hasta confundirse con el humo, o bajo la luz de faroles callejeros que se cruzan de brazos mientras uno cruza las piernas, el calor del verano asedia. Las noches de verano no permiten sueños ni esperanzas: ya no permiten dormir ni dentro ni fuera de casa. Tras la historia de un mal año, y perseverando más allá de infatigable cansancio, el cuerpo por fin pide exactamente aquello que la noche le ofrece: sudor, fluidos y carne. Luces y opacidades. Recuerdos y olvidos. Borracheras.