Retomando la pregunta lanzada por Derrida en la Séptima Sesión del Seminario La bestia y el soberano (2008) acerca del alma de las marionetas, justamente en el intersticio que en dicho texto se plantea –el pasaje del quién al qué–, abordaremos dos cuestiones conexas a la misma: por un lado, si las marionetas pueden bailar y, por otro, cuál es su tipo de alma. Entre uno y otro interrogante intentaremos establecer una respuesta provisoria a la pregunta derrideana a luz de la particular relación que une a la marioneta con la fuerza de gravedad, como parábola del movimiento que atraviesa la vida misma.