El libro Cantos de Vida y Esperanza, publicado en 1905 contiene uno de los poemas íconos del poeta nicaragüense, Rubén Darío que lleva por título Lo Fatal. Los primeros versos dicen lo siguiente:
“Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente.”
Si nos concentramos en algunas palabras de estos versos nos damos cuenta que el sufrimiento del yo lírico es ser consciente de la vida. Pero por qué este dolor y de dónde proviene este dolor. La respuesta está en el verso “ni mayor pesadumbre que la vida consciente”.