La filosofía muchas veces ha tomado nota de su existencia, pero con el mismo espíritu distraído y negligente con el cual los teólogos antiguos pasaban revista de las divinidades y las herejías del pasado «pagano». Obsesionan al pensamiento mucho más de cuanto lo hace aquello que puede ataviarse con el título de “realidad” y de todo cuanto se jacta del prestigio de la evidencia. Son aquéllos que la metafísica, con un nombre al mismo tiempo irónico y revelador llama desde siempre “entes de razón” (entia rationis), casi como si la razón tuviese que ver sobretodo con ellos, casi como si solamente ellos constituyesen la verdadera Cosa del pensamiento. Un catálogo exhaustivo de éstos está lejos de haber sido ya compilado.
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Fuente: Emanuele Coccia.
Traducción: Fabian Ludueña Romandini
Aparece originalmente en: A. Meinong, Teoria de lo objeto y presentacion personal, Buenos Aires, Miñoz y Davila, 2008, p. 11-43
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Imagen principal: Giuseppe Munafo, Mapping the World: Philosopher.