Mauricio Amar / La casa de Sabastiya

Arte, Estética

Una obra de Nabil Anani (Palestina, 1943) titulada Sabastiya me resulta de especial interés. En ella se puede ver una casa en lo alto de un cerro, rodeada por árboles. Para el espectador, la pintura se muestra como un camino largo que tendría que hacerse para llegar arriba y poder acceder a la casa. Camino que tiene escalones naturales cubiertos de más árboles. Sabastiya o Sebastia se encuentra en Nablus, ciudad controlada por la Autoridad Palestina, pero gran parte de sus terrenos han sido expropiados por Israel, incorporándolos a la zona C de Cisjordania, donde el Estado sionista controla militar y administrativamente el lugar. Con estos datos en mente, al apreciar la obra de Anani, pienso en la casa como una forma imaginada, refulgente de colores. Una casa como imagen poética, radicada en la infancia, esa que, como dice Bachelard, terminará repitiendo todas las casas en que habitemos nuestra vida.

El camino hacia la casa es un camino de la memoria, que acude a llenar de colores lo que en el presente se encuentra opaco. Los cerros que anuncian el gran esfuerzo de un caminante que quisiera llegar hasta la casa parecen olas de mar, como si la propia memoria tuviese que sumergirse en una misión imposible: el encuentro con la primera casa, esa que ha sido arrebatada al cuerpo para llenarse de colores en el recuerdo.

Fuente de la imagen: Nabil Anani, Sabastiya, 2022


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