La gestión económica y política de las poblaciones humanas a través de su exposición a la muerte se ha convertido en un fenómeno global. Las guerras, los genocidios, la «crisis» de los refugiados, el ecocidio y los procesos contemporáneos de pauperización y precarización revelan cómo masas cada vez mayores de individuos se gobiernan ahora a través de su exposición directa e indirecta a la muerte. Para desentrañar esos procesos, Achille Mbembe ideó la noción de necropolítica, primero en 2003 con un ensayo que llevaba el mismo nombre, y después, en 2016, con el libro Politiques de l’inimitié, traducido y publicado en inglés en 2019, como Necropolitics.1 Con esta última noción, Mbembe explora y radicaliza el concepto de biopolítica de Foucault.
