Abdennur Prado / La modernidad como perversión del cristianismo. A propósito de Últimas conversaciones con Iván Illich

Filosofía, Política

Durante décadas Iván Illich desarrolló una crítica radical de la industrialización y de la burocratización de la existencia, mostrando como la Modernidad había llevado al ser humano a ser esclavo de las herramientas; es decir, de todos aquellos medios de los que se ha dotado, para alcanzar unos objetivos que, finalmente, desconoce o han quedado fuera de su alcance. Particularmente sonadas fueron sus polémicas sobre la escolarizacion (La sociedad desescolarizada, 1971), sobre la energía y los transportes (Energía y equidad, 1974) y sobre la medicina institucionalizada (Némesis médica, 1975), además de su apuesta por lo que llamó La convivencialidad (1973) y El género vernáculo (1982). A causa de estas y otras obras, pasó por ser un crítico feroz de la industrialización, con un toque de arcaísmo y una dimensión ética que le daba su sello característico, pero que también resultaba incómodo para las ortodoxias de izquierdas y derechas, lo cual ha llevado a una exclusión sistemática de sus planeamientos en el ámbito académico.