Giorgio Agamben / El misterio etrusco

Estética, Filosofía

Massimo Pallottino observó una vez que, aunque los estudios de etruscología han alcanzado un rigor y una riqueza que nada tiene que envidiar a otras disciplinas, algo así como un misterio continúa obstinadamente rodeando a los etruscos. En realidad, este misterio tiene su raíz en dos simples circunstancias: la pobreza de testimonios escritos, que carecen de carácter literario y que consisten en inscripciones sepulcrales o votivas; y, el hecho de que los testimonios arqueológicos y artísticos, extraordinariamente ricos, provienen esencialmente de tumbas. Una civilización sin literatura escrita (aunque sabemos que había un teatro floreciente, pero el teatro, como lo demuestra la Comedia del Arte, también puede vivir oralmente) y una civilización sepulcral, que parece ocuparse más de los muertos que de los vivos.

Aldo Bombardiere Castro / Religión como vocación mesiánica: uso del mundo y revocación identitaria

Filosofía

La religión ha de ir más allá de la religión.

Pero este más allá no lo debemos entender en el sentido de la simple trascendencia, esto es, en el acto de sembrar la fe en un supuesto trasmundo divino para luego recibir los frutos que emerjan de éste. En caso de leerse así, la dicotomía inmanencia/trascendencia no haría más que replicar -quizás hasta la farsa- las categorías y dinámicas metafísicas tradicionales, exacerbando la determinación de los alcances, límites y articulaciones de y entre cada una de tales dimensiones, como si ellas estuvieran, desde ya, preconfiguradas en su manera de darse a la experiencia y a-la-vista.

Mauricio Acevedo / Giordano Bruno. La herida de la encarnación

Filosofía

“En este universo, Dios habría agotado ya todos sus recursos en la creación[1]”. H. Blumemberg.

La herejía de Giordano Bruno fue patentada en uno de los aspectos centrales de la cuestión trinitaria. La puesta en escena del Nolano como «hereje» planteaba a un filósofo que se equivocaba –principalmente– respecto a su representación impersonal del Hijo en el esquema trinitario, blasfemando así contra el cristianismo.

No cabe duda que en el pensamiento de Bruno supura la herida de la Encarnación. Ni su explícita afirmación de la existencia de un universo infinito homogéneo en acto ni su relación con el copernicanismo –afirma Blumenberg– han podido suplantar esa herida que prometía desarticular los cimientos teológicos de la trinidad cristiana –en el Nolano trasvasados en una plena dimensión cósmica–[2]. En el esquema trinitario bruniano, la cuestión del Hijo está directamente asociada a la importancia que el Nolano le achaca al Intelecto primero. En la Lampas Triginta Statuarum Bruno explicita la importancia del Intelecto primero, pues es la imagen más cercana y propia de la divinidad per se, «Porque es la primera forma en la que se complace el ojo del Padre, como si contemplara plenamente la forma que lo representa[3]».

Abdennur Prado / La modernidad como perversión del cristianismo. A propósito de Últimas conversaciones con Iván Illich

Filosofía, Política

Durante décadas Iván Illich desarrolló una crítica radical de la industrialización y de la burocratización de la existencia, mostrando como la Modernidad había llevado al ser humano a ser esclavo de las herramientas; es decir, de todos aquellos medios de los que se ha dotado, para alcanzar unos objetivos que, finalmente, desconoce o han quedado fuera de su alcance. Particularmente sonadas fueron sus polémicas sobre la escolarizacion (La sociedad desescolarizada, 1971), sobre la energía y los transportes (Energía y equidad, 1974) y sobre la medicina institucionalizada (Némesis médica, 1975), además de su apuesta por lo que llamó La convivencialidad (1973) y El género vernáculo (1982). A causa de estas y otras obras, pasó por ser un crítico feroz de la industrialización, con un toque de arcaísmo y una dimensión ética que le daba su sello característico, pero que también resultaba incómodo para las ortodoxias de izquierdas y derechas, lo cual ha llevado a una exclusión sistemática de sus planeamientos en el ámbito académico.

Russell A. Berman / El Epimeteo cristiano de Konrad Weiss: ¿una teología política de 1933?

Filosofía
Traducción del inglés: Gerardo Muñoz

En el ensayo “Religión en la esfera pública” publicado en el 2006, Jürgen Habermas, el filósofo de la razón comunicativa, hace un alegato importante sobre el discurso religioso. En lugar de extirparla de la esfera pública como asunto privado o denigrarla a cuestión ideológica, el filósofo le concede a la religión un lugar en el debate de la modernidad. “No sería racional” – nos dice Habermas con extraordinaria claridad – “que rechacemos de antemano la conjetura que las religiones han podido mantener un lugar central al interior del edificio de la modernidad dada su sustancia cognitiva la cual aún pareciera no haberse agotado del todo”. En otras palabras, sería equivocado asumir que las religiones ya no tienen nada que decirle a la modernidad. Esta afirmación, desde luego, tiene su premisa en el hecho de que el contenido de las religiones (su “sustancia cognitiva”), aún conservan un conocimiento valioso.

Rodrigo Karmy Bolton / El ángel encarnado: Notas para una genealogía teológica de la biopolítica

Filosofía

Las presentes “notas” se articulan en base a tres tesis fundamentales. En primer lugar, que la emancipación de la gubernamentalidad contemporánea encontraría su genealogía en el paradigma cristiano de la Encarnación. En segundo lugar, que dicho paradigma, instituido históricamente entre el Concilio de Nicea (325) y el Concilio de Calcedonia (451) específicamente, habría implicado una introyección de la función angelológica en la figura del Hijo encarnado estructurando así el dogma trinitario propiamente tal. En tercer lugar, que dicho paradigma implicaría el establecimiento de un proyecto específico del Occidente cristiano cuya característica más propia lo constituiría, a diferencia del judaísmo y el islam, el haber asumido la oikonomía en la misma figura de Dios: “Por una parte —dice Damasceno al principio de su Exposición de la fe— están las cosas de la ciencia de Dios (teología), por otra las del gobierno del mundo (economía)”. Con la introducción del término técnico oikonomía Juan Damasceno consumará el proceso de gubernamentalización de Dios que caracterizará a la deriva cristiana. En este sentido, el presente texto concluye que la Encarnación habría constituido la condición de posibilidad de lo que en la época moderna tendrá la forma de un biopoder.