“Porque ese cielo azul que todos vemos, ni es cielo, ni es azul. Lástima grande que no sea verdad tanta belleza”. Lupercio de Argensola (1559-1663).
La elasticidad del “contrato tímbrico” de Roberto Goyeneche hace de su voz (glotis) un “medio y una “mediación” en la producción de sentidos y figuraciones de lenguaje. Una máquina especular que, en los años 70’, detonó agenciamientos semánticos y expresivos en temporalidades que combinan pulsaciones, articulaciones, momentos intersticiales y dinámicas rítmicas.
