Josep Manuel Berenguer / De los colores del agua

Sonido
Aquest sol que menstrua no es vol pondre.
Mira la folla roja com rebutja
el llençol de muntanya que l’acotxa.
Un altre dia exagerat. Un altre
dia se’t mor cregut que el seu color
no tornarà mai més, no tornarà
com la sang que es podreix. Eixuga llum,
llença cotons de núvols, renta’t, gira’t,
beu el més límpid gin de lluna i mar.
Gabriel Ferrater. El ponent excessiu. Les dones i els dies

Al iniciar el camino a Queralbs desde el lado de Poniente del Estany de Núria, cerca del embarcadero, el valle y el lago quedan a la izquierda, a Levante; el monte, las crestas más cercanas, que hacen frontera con Francia, a la derecha, a Poniente. El sendero te eleva y al dejar el santuario atrás, encontrarás más árboles a Poniente que a Levante, pero no tantos como para decir que te hallas en medio del bosque. Podría ser que a la derecha oyeras el canto de algún ave. No es que no las haya en el lado del valle. Probablemente, encontrarías más cerca del río, pero los árboles del lado del monte son ahora más y, en general, más próximos. Por otra parte, si caminas erguido, el valle siempre queda más alejado que el monte. Como los sonidos pierden intensidad proporcionalmente al cuadrado de la distancia y, descendiendo del Valle de Nuria, el camino conduce en dirección Sur, la probabilidad de oír pájaros al principio es superior a tu derecha. Caminas. Tu respiración y tus pasos suenan fuerte. Parten de ti. Son parte de ti : dominan tu paisaje sonoro y enmascaran el resto de sonidos. Incluso el del flujo constante de agua, generado inicialmente por sus saltos grandes y pequeños, pero que parece llegar a ti de todas partes, de rebote de piedra en piedra, de pared en pared.

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Fuente: José Manuel Berenguer
Imagen principal: Stefania Puntaroli, Water.

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