Javier Agüero Águila / La cesantía y las flores

Filosofía

La cesantía no es la falta de horarios. No va de timbrar o no timbrar; no es la organización de tu día o de la desesperación de “no tener nada que hacer”. En ningún caso se trata solo de extrañar el sueldo de fin de mes que veías pasar como una ráfaga de viento frío y que te llevaba, de inmediato, a esperar que el mes termine para que viniera la misma ráfaga y despuntara otra vez el ciclo.

La cesantía no es la “desvinculación” (una de las palabras-fetiche más sediciosas que pueda existir, sobre todo si después le viene el predicado “… por necesidades de la empresa”, haciendo sonreír socarrón al sadismo vestido de santo).

No. La cesantía no es perder un “círculo” de personas con las que te relacionabas diariamente pero que, después de que te sacaron, no puedes sino percibirlos como fantasmas y ni siquiera tienes la certeza de que alguna vez existieron y permanecen ahí, en tu recuerdo, diferidos, envueltos en vapor y en sueños, en medio de la niebla; y sus rostros comienzan a desaparecer y te das cuenta que, de plano, ya no existen más, o al menos tal como lo hacían ahí, en las oficinas, en las reuniones, en algún cigarrillo de patio o en una discusión que no siempre terminaba bien, pero era.

Miguel Penas López / El concepto de potencia en Simondon. Hacia una fiolosofía horizontal de los afectos

Filosofía

En este artículo, exploramos las posibilidades que nos ofrece la filosofía de la individuación de Simondon para subvertir las divisiones ontológicas entre materia y pensamiento, y entre materia inerte y materia viva. Para ello, partimos de la transformación del concepto de potencia operado en su filosofía respecto a la concepción clásica, con el fin de desarrollar el concepto de una estructura auto-actualizante que atraviesa todas las dimensiones de lo real. Nos detenemos a continuación en las diferencias que observa Simondon entre la individuación física y la individuación biológica, centrándonos en el papel que juega en ellas la noción de afectividad. Finalmente, delineamos los desarrollos actuales de una filosofía de los afectos, conectándolos con la filosofía de Simondon pero mostrando a la vez en qué medida nos obligan a ir más allá de ella.