Cuanto más pasan los años, más tengo la sensación de que sólo viajamos dentro de nosotros mismos. No tanto en el sentido de que no quede nada por descubrir fuera de de nosotros. Sino, lo que es más sorprendente, porque “dentro” de nosotros hay un mundo tan desconocido que todo lo “exterior” parece un pálido reflejo en abyme de ese territorio, infinito y obscuro, al que comúnmente damos el nombre de psique. Sólo explorando las superficies impalpables y casi invisibles de la psique, sólo sacándolas de nosotros, dejándolas revolotear en el aire, somos capaces a veces, en un juego de reflejos, de ser sorprendidos por algo verdaderamente invisible. Como una reverberación esquiva en la frágil epidermis de una pompa de jabón, el invisible, el inconsciente de cualquier visión, si le prestamos atención, nos permite vislumbrar nuevos detalles, nuevos atisbos, nuevos puntos de vista. El resto es sólo un juego de luces y sombras, un caleidoscopio de distracciones que no añade nada ni quita nada. La visión sólo se da al voltear la mirada.
Sensación
Cristóbal Durán R. / La extracción del afecto musical: Deleuze y la composición de un tiempo flotante
Filosofía, MúsicaEn este trabajo intentamos exponer una aproximación amplia sobre la relación entre la música y el pensamiento de gilles Deleuze. para ello nos enfocamos directamente en su examen del tiempo musical e intentamos analizar algunos de los matices implicados en dicho examen. proponemos pensar que el abordaje deleuziano del tiempo musical está estrictamente ligado a su comprensión de la sensación como un acoplamiento sintético, y en esa medida, el tiempo resulta pensable a partir de una labor determinada por la intensidad ininitesimal que lo profundiza. Intentamos entonces proponer una hipótesis de lectura que permita ligar la composición de un tiempo flotante como tarea de la música, con la extracción del afecto que dicha composición tendría que hacer posible, y que anuncia formas de individuación no-organizadas o asubjetivas por venir.