Quiero dividir mi intervención en unos cuentos puntos a los que llamaré esquirlas, es decir, pequeños fragmentos o trozos que se desprenden de la lectura del libro de Rodrigo Karmy, Fragmento de Chile. Una esquirla como pedazo o partícula, pizca o añico, nos envía inmediatamente al universo bélico y sus bombas de racimo, cuyas esquirlas siembran el campo de daños colaterales. De una u otra forma, el Fragmento que arroja Karmy, y que está compuesto de tres partes diferenciables, llena el horizonte de esquirlas y, quiero creer, dejará el campo sembrado de muchos daños colaterales.
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