Comencemos con la siguiente cita de Horacio Potel:
No hay un centro, ni un original que funde las repeticiones, no existe el antepasado primordial, el origen primigenio. No hay origen que pueda servir para identificar el original del suplemento, ni para dominar su diseminación. Lo que reemplaza al centro-origen es una prótesis, un parásito, un suplemento1
¿Qué es lo que nos dice Potel cuando indica que no existe algo así como un origen que funde las repeticiones? Se piensa que no habría un punto de partida, una economía absoluta que aglutine al pasado, que condense un presente y que repercuta en un futuro dándole forma. El origen siempre remitirá a otro y es imposible rastrear su primer impulso. Si pensamos en la guerra, ésta no tendría ni ascendencia ni descendencia, no obstante, parece heredarse a sí misma reproduciéndose en un incesante espiral histórico.
