En la tradición islámica, Adán ocupa un lugar preponderante. El filósofo y místico de Murcia, Ibn ‘Arabi, en su libro Los engarces de las sabidurías [fusus al hikam] lo vincula con el «humano perfecto» [insan al kamil], lugar de encuentro entre lo divino y el mundo, un istmo [barzaj] que es también un espejo en dos sentidos, en el que Dios ve su revelación y la revelación descubre su pertenencia a Dios. Representante de lo humano en sí mismo, Adán es el padre de toda la especie, convertida a través de él, en regente [khalifa] de la tierra. De acuerdo al Corán su llegada al paraíso es por lo menos escandalosa. Los ángeles dijeron a Dios “¿Pondrás en ella –la tierra – quien la corrompa [desbastándola] y derrame sangre siendo que nosotros te alabamos y santificamos?”, frente a lo cuál Dios dijo “En verdad Yo sé lo que vosotros ignoráis” (Corán, 2, 30). Si ponemos atención a esto, en el misterio divino Dios no tiene sólo un propósito para el humano. No está determinado a cometer el bien pero, por cierto, tampoco el mal. Es un ser que se sitúa también como un barzaj, más acá del bien y del mal. Es un ser cuya naturaleza es la apertura, la potencia expuesta por su posición límite.
Ibn Arabi
Rachid Lamarti / El álef [א], el álif [ا] y Borges
Filosofía, LiteraturaEn El Aleph, Borges disemina una rima de premisas. A pesar de que con alguna de ellas procura la distracción del lector, la conclusión raya en lo dado o, peor, en el truismo: sólo existe un aleph. Todo está en todo, la roca lunar en el pez, el pez en el ombligo del mono, el ombligo del mono en la piel del tambor, la piel del tambor en la polvareda estelar que expele la cola del cometa. Pero sólo hay un aleph. El aleph contiene todo pero nada contiene al aleph: nada comparte su virtud. Nada es el aleph, pero él lo es todo, ya que ninguna forma se sustrae a su absorción. Como el espejo de Ibn ‘Arabi, el aleph selecciona e irradia. El espectador del aleph prolonga su mirada hacia un horizonte de resplandores y turbulencias hasta verse a sí mismo al final y al principio del inconcebible universo. Este estado de ensimismamiento es común también al soñador y al escrutador del espejo.
Cadena Áurea / La imaginación como un órgano de percepción
FilosofíaPresentamos en Ficción de la razón el podcast de filosofía Cadena Áurea realizado por el sitio mexicano Pijama Surf. El episodio 3, disponible para su escucha aquí aborda la imaginación desde diferentes líneas filosóficas.
