Los cuerpos son espectros. Como tales, pueden atravesar paredes, pueden traspasar muros. Pongamos las cosas a la inversa de cómo las analiza Wendy Brown en Estados amurallados: su punto de partida es que la proliferación de muros por todo el orbe no expresa la fortaleza sino la debilidad de la soberanía estatal-nacional. Los muros se erigen, pues, como prótesis del Estado (una prótesis de la prótesis, dado que el Estado moderno es ya, según Thomas Hobbes, una prótesis) o, si se quiere, como un simulacro de un poder que su misma instauración atestigua no tener. La imagen omnipotente de los Estados amurallados sería expresión de misma debilidad. La observación de Brown es interesante en un cierto nivel porque permite mostrar al muro como una suerte de compensación fallida, una prótesis que no colma la función para la cual está llamado a reemplazar.
