Gerardo Muñoz / El odio, umbral de la civilización

Filosofía, Política

Como a veces suele pasar en los mejores encuentros, en el sur de España se dieron cita algunas indagaciones no previstas. Escuchamos a alguien preguntar desde la más profunda honestidad desinteresada: ¿por qué tanto odio contra los palestinos? ¿Por qué se odia al palestino concretamente? Nunca estamos listos para preguntas así, quizás porque ponen la mirada en un problema que, como mancha de tinta, va recorriendo el hilado del mantel en el que ponemos nuestra propia mirada. Se dijo “Palestino” y también pensamos en “existencia negra”, tal y como insiste el afropesimismo, pero en cualquier caso ciertamente la pregunta por la perseverancia del odio no es otra que la consulta por la tonalidad fundamental del Americanismo cuya orientación es el mundocidio atravesado por vectores de fuerza. Llegados a este punto civilizatorio, ya no hay mundo más allá de los trámites de la fuerza, mediante los cuales la descarga dionisiaca apresura la disolución de sus sinuosas lenguas. Si la modernidad política trabajó con la divisa negativa del miedo, el interregno se autoafirma desde la producción de los odios (así, omnes et singulatim).

Gabriel Giorgi / Dar el salto. Odio y mutación

Filosofía, Política

La discusión sobre la relevancia del odio como afecto político en las democracias contemporáneas tiene, creo, una función fundamental: la de trazar un registro sensible —en los tonos, las expresiones, los gestos y las voces— de la mutación, a escala global, de las derechas en ultraderechas. Plantear el odio como un afecto propio de lo que se denomina, erróneamente, «polarización» de las sociedades o, al menos, del arco político es equívoco, por la sencilla razón de que tal polarización no existe1. Lo que vemos sucederse desde Trump hasta Vox es la fuga de las derechas hacia las ultraderechas: el odio nombra y le da resonancia afectiva a eso. Dar el salto a la ultraderecha: esa es la postal móvil de los últimos años, y que se conjuga en los lenguajes y las formas expresivas bajo el signo del odio. «Odio» es la herramienta —ciertamente limitada— para mapear esa mutación que tuvo lugar bajo nuestra mirada y que reconfiguró las esferas públicas y la posibilidad misma de la vida pública en muchas sociedades.