Mauro Salazar J. / Carlos Ossa. Imágenes suspensivas. Una nueva arquitectura del conocimiento

Filosofía, Política

Dispersos por la ciudad neoliberal, estigmatizados e irredentos, habitamos lenguas secas, cuerpos fríos, voces de la desesperanza. Escribir librados a un destino incierto es compartir el abismo de la soledad que descubre nuestra compasión, un día, una noche, en una esquina, mirando por un tragaluz. M.S

El pliegue escritural de Carlos Ossa es el trabajo fragmentario, con dimensiones suspensivas y cambiantes respecto a la positividad del “concepto gerenciado”. La discontinuidad de la práctica fragmentaria desplaza la idea de que el texto escritural se debe a una inevitable progresión argumental (univocidad). Desde un descalce sobre las imágenes, se trazan cortes, itinerancias, rupturas, pero siempre produciendo disrupciones y posibilidades de sentido.

En La Quimera Electrónica (UFRO, 2024) el autor introduce una alteridad que abre y agudiza una nueva “arquitectura del conocimiento” que concibe la imagen como una relación social cognitiva en tiempos de democracias drómicas. No se trata de suscribir a los pactos estéticos de la ilustración adaptativa, ya sea en su versión historiográfica-ilustrativa, o bien, transigir hacia el peritaje de algún documento antropológico. Lo anterior dista del recurso representacional de las Ciencias Sociales y el gremialismo de los “formatos circunspectos” (Nihilismos de la Academia). Aquí no hay un frenesí diagnostical, sino una interrogación extenuante -aunque nunca reactiva, cabe decirlo- sobre las convulsas agendas epistemológicas. En suma, una escritura que interroga las visualidades del consenso experto.

Miguel Ángel Hermosilla / El imaginario oikonómico en el fantasma portaliano

Filosofía, Política

Comentario a El fantasma portaliano. Arte de gobierno y república de los cuerpos de Rodrigo Karmy Bolton, Ediciones Universidad de la Frontera, Temuco, 2022.

Frente a la muerte

Una erótica

La poesía, la invención, la imaginación.

La máquina portaliana del orden no se juega como una teología política monumental, sino más bien como una microfísica del poder, como una tecnología o “arte de gobierno” que la episteme molar de cierta historiografía conservadora no ha podido inteligir sino más bien glorificar en la figura personal de Diego Portales. Atendiendo a esta premisa podríamos pensar la textura misma del texto “El fantasma portaliano. Arte de gobierno y republica de los cuerpos”, de Rodrigo Karmy, como un ejercicio textual y genealógico que se excede a sí mismo, como un meta-texto que insistentemente impugna la constitución oikonomica1 , es decir, del gobierno del mundo , la potencia de los cuerpos y el deseo de los pueblos, que ha ido asumiendo en occidente toda forma de poder.