Encargada originalmente por el Red Star Line Museum, la película aborda el tema aún candente de la migración. Rodada con cuatro cámaras en una gran percha industrial y con un reparto de unos 800 voluntarios vestidos con ropa especialmente diseñada para el evento, la película tiene una calidad clásica, que recuerda las migraciones a gran escala de principios del siglo XX desde Europa a América. El título, «Danza», se refiere a la migración como un movimiento inestable y rítmicamente irregular, un acto de equilibrio en el arduo viaje entre las viejas identidades del hogar y las realidades del nuevo mundo, un viaje que cambia a todos los que lo hacen sin recurso.
Aunque cuidadosamente estructurado, Op de Beeck no impone una narrativa literal a la película, prefiriendo un enfoque más impresionista en el que los movimientos y las poses de los protagonistas subrayan la impotencia de dar forma al propio destino, convirtiéndose en meros cuerpos en el proceso. Los extras realizan secuencias sincronizadas de gestos sencillos que crean una coreografía de actividades cotidianas. La banalidad de cada pequeño movimiento se ve magnificada por el esfuerzo colectivo. El tamaño del grupo sugiere que la historia individual de cada refugiado o migrante es al mismo tiempo una historia colectiva.
La música que acompaña al vídeo fue encargada por el artista y compuesta e interpretada por Johan Hoogewijs.
Fuente de video y texto: Studio Hans Op de Beeck
