Giorgio Agamben / Solo un Dios puede salvarnos

Filosofía

La brusca afirmación de Heidegger en la entrevista al «Spiegel» de 1976: «Solo un Dios puede salvarnos» siempre ha suscitado perplejidad. Para entenderla, es necesario, ante todo, situarla en su contexto. Heidegger acaba de hablar del dominio planetario de la técnica, que nada parece capaz de gobernar. La filosofía y otras potencias espirituales —la poesía, la religión, las artes, la política— han perdido la capacidad de conmover o, en cualquier caso, de orientar la vida de los pueblos de Occidente. De ahí el amargo diagnóstico de que estas «no pueden producir ningún cambio inmediato en el estado actual del mundo» y la inevitable consecuencia de que «solo un Dios puede salvarnos». Que aquí no se trata en absoluto de una profecía milenarista se confirma inmediatamente después con la precisión de que debemos prepararnos no solo «para la aparición de un Dios», sino también y más bien «para la ausencia de un Dios en su ocaso, para el hecho de que nos hundimos frente al Dios ausente».

Emiliano Aldegani y Omar Murad / Perspectivas de lo apocalíptico. Figuras de la devastación y la degradación antropológica en el cine contemporáneo

Cine, Estética, Filosofía, Literatura, Política

En este trabajo nos proponemos analizar algunos escenarios post-apocalípticos recurrentes en los mitos contemporáneos a partir de tres desenlaces posibles: extinción, refundación y agotamiento . Estas tres formas de concebir el apocalipsis no agotan los escenarios posibles ni son siempre fácilmente discernibles, pero pueden ser de utilidad para abordar las narrativas contemporáneas y sus diferentes tipos de horizonte temporal. Nuestro objetivo es relacionar la imaginación post-apocalíptica con ciertas formas de la violencia que son tanto fundantes como desestructurantes de lo social. Para ello, nos serviremos de la teoría de la violencia de René Girard, de las figuras de la peste y el contagio que ésta supone, y de sus tópicos principales: el deseo mimético y el chivo expiatorio. Sostenemos que cada una de las figuras que habitan estos escenarios post-apocalípticos puede ser considerada como un doble o sustituto de aquello que consideramos normal o civilizado. Para desarrollar nuestra perspectiva, el análisis se centrará en las figuras del zombi, el ladrón de cuerpos y el vampiro y en lo que en cada caso puede considerarse sus relaciones con el pasado y el futuro.