Me han dicho que Facebook tiene uno o varios perfiles a mi nombre y con mi fotografía, en los que se publican textos y fotos y se intercambian amistades, aunque no estoy seguro de lo que eso significa. Estos perfiles son falsos y no soy en absoluto responsable de ellos.

También ellos forman parte, a su manera, del intento que se viene produciendo desde hace tiempo, pero que se ha acelerado desenfrenadamente en los últimos tres años, de cambiar el estatus de lo verdadero y lo falso en las relaciones entre los hombres. Sin embargo, también en este caso la contradicción entre el proyecto consciente y sus resultados demuestra que quienes creen gobernar el mundo actual ya no saben lo que hacen. Como ya hemos tenido ocasión de sugerir en esta columna, si la sustitución de lo falso por lo verdadero se hace integral, quien miente ya no sabe que miente, y verdad y mentira, buena fe y mala fe se confunden en su mente hasta hacerse indiscernibles. Esto significa que la mentira escapa a su control y puede volverse ante todo contra él, obligándole a actuar en contra de sus propios intereses hasta el punto de acabar autodestruyéndose. Ciertamente, no es fácil comprender cómo es posible la comunicación entre hombres que ya no son capaces de discernir lo verdadero de lo falso. Sin embargo, debemos, sin hacernos ilusiones, intentarlo obstinadamente.

Fuente: Quodlibet.it