Tariq Anwar / La escritura y el genocidio

Filosofía, Política

¿Qué es escribir en medio genocidio? ¿cómo se mueven las manos? ¿con qué impulso, que electricidad del cuerpo? De pronto, se vuelven a lanzar libros sobre el poder, las revueltas, las máquinas y el nombre GENOCIDIO comienza a desaparecer, porque al final los cuerpos quemados, mutilados y violados de los niños de Gaza terminan saturando y preferimos volver a nuestros autores preferidos, que por insensibles que hayan sido al colonialismo y la barbarie de los suyos (salvo cuando se trató del genocidio de europeos), nos entregan la seguridad de la teoría ya visitada, con las categorías de nuestro propio statu quo. Pero escribir en medio del genocidio, ese que yo sé que está ocurriendo y cuyas imágenes no puedo sacar de mi cabeza, de mi cuerpo, me impiden volver. Lo siento. No puedo volver. Ahora la escritura se debe lanzar al vacío.

No salvaré ninguna vida escribiendo. Eso lo sabe cualquiera. De modo que se debe aceptar que la afección es unilateral. Tanto así, que probablemente mis lectores deberán ser los mártires. Esos que son ala vez testigos y víctimas. Mis lectores son los niños muertos, porque a ellos les rezo y les pido que aprendan a leer. Les ruego que lean una primera y última vez, sin esperar respuesta, para que se evadan un rato y no vean los rostros desesperados de sus padres en el infierno de la tierra.

Las manos ya no funcionan igual cuando hay un genocidio. Los impulsos cerebrales han cambiado. Este cuerpo que nunca fue del todo mío ahora se ve lleno de muerte. Es la muerte el circuito eléctrico que culmina en una letra, una palabra. No hay felicidad posible en medio de un genocidio, sólo esperanza de que mañana las bombas caigan por milagro en otro lugar, sin decapitar a nadie. Pero el genocidio me ha hecho descreer de los milagros. No sólo por el horror que veo cada día, sino también porque incluso el genocidio es algo a lo que los buenos intelectuales se acostumbran. Se asquean de las imágenes y vuelven a sus cómodos entramados conceptuales, pero a mí lo que me asquea son sus conceptos en medio de tales imágenes. Y así aparece una escritura. Como vómito. Mareada. Temblorosa. Llorosa y arruinada desde el inicio.

¿Se puede escribir en medio de un genocidio? Sí, se puede, pero los únicos lectores que podrían decir algo sensato sobre tal escritura son los niños quemados vivos en Gaza.

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