Dionisio Espejo Paredes / El sujeto (islamo) fóbico: el miedo como mercancía

Filosofía, Política

0. Introducción

Este artículo analiza el shock como categoría fundamental de la modernidad tardía, examinando su función como estructura de dominación, experiencia emocional y forma mercantilizada en las sociedades contemporáneas. Partiendo del marco teórico de la doctrina del shock (Klein) y su genealogía en la teoría crítica (Benjamin, Adorno, Horkheimer), se argumenta que el poder ha perfeccionado un régimen de shock permanente que, mediante crisis, impactos mediáticos y catástrofes espectacularizadas, anula la capacidad crítica, suplanta la racionalidad por respuestas emocionales y transforma el trauma en un bien de consumo.

La investigación demuestra cómo este mecanismo no se limita a la esfera política, sino que constituye una tecnología de gestión afectiva que opera mediante la administración del miedo y el deseo. Como caso paradigmático, se analiza la islamofobia en Europa, revelando su función como instrumento de biopolítica que legitima medidas autoritarias y estructura identidades colectivas a través del rechazo al diferente.

Natalia Taccetta / La experiencia de la modernidad. Shock y melancolía en Walter Benjamin

Estética, Filosofía

Si la modernidad involucra una mirada a través de la cual leer se puede leer la continuidad histórica ininterrumpida de la utopía social y la armonía de clase y el progreso del siglo xix, resulta fundamental explorar cuál es la contracara de esta fantasía del progreso que coloca al individuo en la modernidad en una situación de depresión y deuda, en la medida en que esas promesas no son nunca enteramente cumplidas. Repensando esta herencia es que Walter Benjamin construye su idea de historia e imagina el modo en que debe actuar el historiador materialista, es decir, el que habrá de articular justicia y redención del pasado tal como proponen las tesis de Sobre el concepto de historia, ese texto de 1940 sobre el que trabajó al final de su vida para encontrar lo que Michael Löwy llama una constelación crítica, que une el pasado con el presente. A la luz de estas consideraciones, se persiguen dos objetivos principales: por un lado, delinear lo que en Benjamin sería una teoría de la modernidad; por el otro, examinar la relación entre la experiencia de la modernidad, ligada a la melancolía y la pérdida, y la experiencia estética, en tanto dispositivo privilegiado para volver pensable el hacer humano.