Este año, 2023, deberíamos celebrar el centenario de la fundación del Institut für Sozialforschung, centro de investigación vinculado a la Universidad de Frankfurt. Casi 10 años después de su fundación comienza a aparecer su Revista, Zeitschift für Sozialforschung, precisamente en 1932, un año antes del ascenso nazi al poder en Alemania, y del relevo que lleva a Horkheimer y a Adorno a dirigir el Institut. Es por eso que esta nueva etapa coincide con el exilio que comienza en París, les conduce después a Londres y finalmente a New York. Esa década fue decisiva en la cultura europea, fueron años donde la crisis económica y el colapso de las políticas imperialistas decimonónicas pusieron al primer mundo al borde del precipicio. Nada volverá a ser lo mismo después de la Segunda Guerra Mundial. El optimismo y las expectativas generadas por la Revolución soviética duró poco, más bien nada, entre los marxistas vinculados al Institut frankfurtiano. Ese temprano desencanto con la utopía revolucionaria rusa la constata Benjamin en su viaje a Moscú (Diario de Moscú) donde visita a A. Lacis y prepara la redacción del artículo Goethe para la Enciclopedia Soviética. Estos primeros años del siglo se sienten como el resultado de una serie de programas políticos culturales y económicos liquidados hace tiempo, parece que el diagnostico de Marx sobre esa burguesía que se autodestruiría se estaba cumpliendo, pero, sin embargo, no hay horizonte de esperanza respecto a nuevas formas de organización más democráticas, ni más igualitarias, es como si la derrota de la burguesía no estuviera anunciando la sociedad sin clases prevista en el programa marxista, como si las masas trabajadoras no fueran esa clase destinada a acabar con la sociedad de clases. La crisis de la cultura burguesa es algo anunciado por muchos, constatado y fechado desde Spengler o Mann hasta Ortega, se trata de una experiencia que se iba instalando en las conciencias del intelectual burgués de la época. La confianza en el progreso, la creencia, casi fe, en el poder de la cultura burguesa para transformar el mundo, se había quebrado. Por lo tanto se anunciaba una crisis pero no una solución. El proletariado no parecía que fuera a liderar ese movimiento emancipador que le estaba encomendado, y el totalitarismo fascista y comunista supo sacar partido de esa contradicción.
melancolía
Emilio Chacón / Anti-filosofía como anti-melancolía
Filosofía, PolíticaLa melancolía del sujeto capitalístico (“los que se han ido por el escape chico, la casita en las afueras, la especialización literaria o científica, el turismo” [Cortázar, Morelliana]) es el recobro de una mismidad perdida en el investimento de lo real que procede por carencias; eso es, en el grado cero del espectro de lo real, investido durante el Gran Reinado de la contra-crueldad occidental, y el nacimiento imposible de la topología pensable del multiverso contra-catexizado, Leibniz, Hegel, Hitler y Hora de Aventura. Al sentirnos “crecidos como plantas aerícolas”, como escribiría El Santísimo Juan Goytisolo, procedemos por carencias (cosa que él no hizo, gracias a Dios y a la tremenda erección de Lakhdar), y producimos realidad en grado uno. Proceder por carencias es la actividad vital primera del individuo parido desde el siglo XI para acá, desde la Paz de Dios (antes del XI no se nacía por vaginas-mamitas, sino por vaginas-portales universales, desde el útero no personológico). Es la anterior una de las múltiples formas en que “los hombres se hacen víctimas de los males que ellos mismos se imponen” (Pitágoras), tristeza infinita, sacerdocio de la empresa funeraria que es el vivir deseante capitalístico-productor de sí (Nietzsche). Hay, sin embargo, una anti-nostalgia que sigue siendo nostalgia, irreductible contemporánea del límite inmanente al capitalismo posterior a Friedman (permítanme decir que lo realmente relevante del neoliberalismo es que tiene sus propias formas de redireccionar la redistribución de la libido hacia la restauración de la mismidad-emprendedora-identitaria-totalitaria) (sí, anti-melancolía, tal como toda filosofía es anti-filosofía, definida como el pensamiento de la anti-mediación, o sea el pensamiento de lo no pensable). Esto está en Cortázar, Fernando Vallejo, Goytisolo, Kafka; la melancolía de lo no representable o de lo no extrañable introducido en la nostalgia de lo metaestable.
Reseña: Carlos Ossandón Buljevic / Tragedia y melancolía. Idea de lo trágico en la filosofía política contemporánea de Juan Pablo Arancibia
Filosofía, PolíticaSantiago de Chile, Ediciones La Cebra, 2016, 497 pp.
¿Es posible o legítimo incursionar no solo más allá de las representaciones consabidas de la política sino también por unas zonas o sombras que pueden desestabilizar incluso el lenguaje que se ha consagrado tradicionalmente a esta esfera? ¿Hay un “irrepresentable” de la política que, si bien no posible de conocer o calcular, al menos inevitable de “pensar”? ¿A qué límites y riesgos nos conduciría una investigación que quisiera asomarse por unos “afueras” lejos del alcance de nuestros marcos familiares? ¿A qué tipo de desasosiego nos exponemos?
Natalia Taccetta / La experiencia de la modernidad. Shock y melancolía en Walter Benjamin
Estética, FilosofíaSi la modernidad involucra una mirada a través de la cual leer se puede leer la continuidad histórica ininterrumpida de la utopía social y la armonía de clase y el progreso del siglo xix, resulta fundamental explorar cuál es la contracara de esta fantasía del progreso que coloca al individuo en la modernidad en una situación de depresión y deuda, en la medida en que esas promesas no son nunca enteramente cumplidas. Repensando esta herencia es que Walter Benjamin construye su idea de historia e imagina el modo en que debe actuar el historiador materialista, es decir, el que habrá de articular justicia y redención del pasado tal como proponen las tesis de Sobre el concepto de historia, ese texto de 1940 sobre el que trabajó al final de su vida para encontrar lo que Michael Löwy llama una constelación crítica, que une el pasado con el presente. A la luz de estas consideraciones, se persiguen dos objetivos principales: por un lado, delinear lo que en Benjamin sería una teoría de la modernidad; por el otro, examinar la relación entre la experiencia de la modernidad, ligada a la melancolía y la pérdida, y la experiencia estética, en tanto dispositivo privilegiado para volver pensable el hacer humano.
Rafael Mc Namara y Natalia Taccetta / Temporalidad y melancolía en Nostalgia de la luz (2010) de Patricio Guzmán
Arte, Cine, FilosofíaEl presente artículo propone una interpretación del film Nostalgia de la luz (2010) del documentalista chileno Patricio Guzmán tomando como hilo conductor dos conceptos: imagen-tiempo y melancolía. A partir de los desarrollos de Deleuze y Benjamin, se abordan las imágenes del film como articulación de un pensamiento acerca de la historia leída en clave de una melancolización de lo político que supone una compleja concepción del tiempo histórico.
Álvaro Cadenas / Melancolía, dialéctica, alegoría: sobre Marcel Duchamp y Walter Benjamin
Arte, FilosofíaHace ya casi un siglo, el pintor Marcel Duchamp inició un itinerario que se alejaba de ese arte al que luego él mismo denominaría “retiniano”, y por el que hasta entonces había más o menos transitado, encaminándose hacia una nueva forma de expresión que tendría su culminación en el suspenso inacabado de la obra La novia puesta al desnudo por sus solteros, incluso/El Gran Vidrio. Una nueva forma que dio lugar a infinidad de interpretaciones, a la vez que generó la sospecha, la polémica o la más absoluta admiración.