Rodrigo Karmy Bolton / La Nueva Constitución no es un régimen, sino el umbral para habitar el siglo

Política

1. En esta elección, ha quedado meridianamente claro que si la oligarquía de 200 años se ha venido abajo -intentando reconstituirse- no es porque mienta, sino porque su textura misma ha sido la mentira. Pero si no hay nada más que mentira es porque ella es puro simulacro. No hay más que eso. La destitución del 18 -O lo hizo prístino y evidente.

2. No basta «saber la verdad» para ganar la elección. De hecho, muchas veces «sabemos» algo, pero dejamos que ocurra o no podemos contrarrestarlo. El poder ideológico es así.

3. Es necesario potenciar el erotismo popular. En él se anudan lazos pues los cuerpos se abrazan para permanecer igualmente libres. No hay más libertad que en el abrazo, no en la soledad individual o en la masa poblacional (ambas formas técnicamente avanzadas), sino siempre en el erotismo abierto por la singularidad del encuentro.

Aldo Bombardiere Castro / Huasca y catástrofe

Política

Los síntomas anuncian la inminente catástrofe.

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El domingo 28 de agosto, a una semana del Plebiscito de Salida que dirimirá el resultado de la Propuesta de Nueva Constitución, un grupo de partidarios del Rechazo, vestidos con indumentaria de huaso, armados con huascas y comandado tradicionales carretas de madera arreadas por caballos, arremetieron criminalmente contra ciclistas simpatizantes del Apruebo en plena Alameda de Santiago. Las escenas son tan grotescas como indignantes. Pero también son reveladoras.

Mauricio Acevedo / Giordano Bruno. Vicissitudine o de la manifestación universal de la naturaleza. (A propósito de imaginar una nueva Constitución)

Filosofía, Política

La inminente realidad de un cambio de Constitución en Chile ha permitido imaginar irrevocablemente la posibilidad de una sociedad distinta. En cambio, la reticencia al cambio suscita la reflexión de una imagen de mundo que valida a un Chile similar al régimen policial portaliano del siglo XIX, esto es, la legitimación de un paradigma que invisibiliza y excluye esa posibilidad de una abertura infinita a la alteridad.

En este contexto, el pensamiento de Giordano Bruno deviene más contemporáneo y visible que nunca. La razón radica en que la infinita potencia de transformación y de la alternancia entre contrarios se expresan como un efecto natural de la rueda rítmica del tiempo. Este dinamismo fenoménico es inmanente a la naturaleza y Bruno lo define desde el concepto de vicissitudine.   Esta noción en De gli Eroici  Furori (1585) lo define como una «revolución y círculo[1]» que oscila entre la unidad inamovible de la sustancia y diversidad infinita de transformación.