Un pasaje del libro de Sergio Bettini sobre El arte al final del mundo antiguo describe un mundo que es difícil no reconocer como similar al que estamos viviendo. «Las funciones políticas son asumidas por una burocracia estatal; esta se acentúa y se aísla (anticipando las cortes bizantinas y medievales), mientras las masas se vuelven abstencionistas (germen del anonimato popular de la Edad Media); sin embargo, dentro del estado se forman nuevos núcleos sociales en torno a las diversas formas de actividad (germen de las corporaciones medievales) y los latifundios, vueltos autárquicos, preludian la organización de algunos grandes monasterios y del mismo estado feudal».
