Giorgio Agamben / Estudiantes

Filosofía

Han pasado cien años desde que Benjamin, en un ensayo memorable, denunció la miseria espiritual de la vida de los estudiantes berlineses y exactamente medio siglo desde que un panfleto anónimo publicado en la Universidad de Estrasburgo enunciaba su tema en el título Sobre la miseria en el ambiente estudiantil, considerada en sus aspectos económicos, políticos, psicológicos, sexuales, y sobre todo intelectuales. Desde entonces, no sólo el diagnóstico sin piedad no ha perdido su relevancia, sino que podemos decir, sin temor a exagerar, que la pobreza –económica y espiritual- de la condición de estudiante se ha acrecentado en una medida incontrolable. Y esta degradación es, para un observador perspicaz, aún más evidente, en tanto se trata de ocultarla mediante la elaboración de un vocabulario ad hoc, que se encuentra entre el de la empresa y el de la jerga de nomenclatura de laboratorio científico.