Miguel Ángel Hermosilla / La escritura ingobernable de Gabriela mistral

Filosofía, Literatura, Poesía

Gabriela mistral se construye como sujeto por debajo de los poderes y saberes oficiales. La imaginación mistraliana es profundamente material y su poesía no acepta las abstracciones en el lenguaje, por lo tanto caracterizar su imaginación creadora exige plantearse desde la inmanencia a-nárquica de lo duro y lo seco.

Mistral se construye como “sujeto constelado” no en relación con lo trascendente y lo espiritual, sino con lo material, con lo no humano, en cierta “economía de la presencia, sin metafísica de la presencia”. De los cuatros elemento; aire, agua, tierra y fuego, privilegia en primer lugar la tierra; la lucha se da en la tierra, (Desolación, P. 147). Según Deleuze, la tierra es el punto donde se concentra toda la energía del mundo. La búsqueda de la energía, la fuerza y la potencia de lo duro es una búsqueda del aferrarse no a un principio ontológico, originario y totalizador de lo múltiple; (expulsa toda teología), ni al hombre (expulsa toda antropología), sino en el rizoma de los elementos, en una no persona. La imaginación mistraliana se construye desde lo que está sobre la tierra y en la tierra, privilegiando los objetos duros y fuertes, contemplando, no obstante, que hay una paradoja latente en lo duro y lo fuerte: se desgarran, se rompen, se trizan, se hacen polvo. No hay materia ligada a la tierra que no se quiebre y fragmente. El devenir de todo lo duro es la disolución; ¡su desolación!; la belleza de la finitud, pero a la vez, lo duro, lo terrenal, es lo único que somos capaces de palpar, experimentar, conocer y habitar, por eso, todas las partes del cuerpo que tengan contacto con la tierra son importantes; los pies, las rodillas, la manos y los brazos, pues, nos devuelven en su mediación defectuosa la “desposesión” constitutiva de nuestro protésico estar en el mundo.

Joaquín Pérez Arancibia / Huidobro, lo virtual y nuestro devenir

Literatura

Andrés Morales, poeta y crítico, señaló en un antiguo programa cultural, palabras más o menos, que la potencia creativa de Vicente Huidobro alcanza un nivel tal que lograba crea(ciona)r un mundo virtual. Uno que estaba totalmente mudado de aquel viejo cascarón que tozudamente seguía pesando, incluso en los años 30, al mundo por entonces actual. Un mundo que parecía crear toda una tangente en la aparente linealidad de la historia, que desperdigaba fronteras en cada nuevo canto, siendo, por supuesto, el clímax máximo aquel Canto VII, donde ya todo parece reducirse a espasmos eléctricos de lenguaje (si es que por lenguaje podemos comprender aquella asociatividad de letras que sin arraigo en fonema alguno conocido, pudo constituir ese misterioso e inentendible Canto VII, lugar donde residen todas nuestras aprehensiones y todas nuestras admiraciones por aquel poeta y mago).

Alexis Donoso González / MOLINA, algunas propuestas de lectura.

Literatura, Poesía

Sobre Molina, de Guillermo Enrique Fernández, Editorial Desbordes, Santiago, 2022.

La lectura no coincide con el texto, sino con una de las múltiples posibilidades de lecturas que tiene un texto. Dicho esto, quisiera proponer algo que les puede parecer raro, esto es, la idea de una lectura general en la que se incluyen dos lecturas particulares. De este modo, la lectura general que he realizado de Molina, tiene que ver con una interpretación o extravío —a la manera de Riffaterre—, con una enajenación en el texto más bien personal, que trae como consecuencias estas otras dos ideas de lectura, las que por cierto, no deseo imponer, y con las que ustedes podrían después de leer el libro, estar o no de acuerdo.