Miguel Ángel Hermosilla / Sobre Artefactualidad de las imágenes de Alejandra Castillo

Estética, Filosofía, Política

Guerra al capital.

Bella rebelión.

La Fulminante.

Nadia Granados, artista visual colombiana.

El libro de Alejandra Castillo, Artefactualidad de las imágenes (Editorial Palinodia), está construido desde una razón critica que interpela en cada momento de su escritura el diseño androcéntrico, constitutivo de la republica masculina y su orden patriarcal.

En necesario señalar que una lectura concentrada de Artefactualidad de las imágenes, nos remite, inmediatamente a un dialogo intertextual con el corpus escritural de Alejandra Castillo, vale decir, nos envía a pensar en conjunto el despliegue categorial del texto, en un ejercicio de rizoma de la lengua, con los otros momentos escriturales de la crítica que Alejandra desarrolla para desactivar el canon de la “ monosexualidad fálica” y el imaginario edípico de la filosofía del padre; “Matrix”. El género de la filosofía, “Imagen stasis”, y el más reciente, “Antropoceno como fin de diseño”, acompañan la potencia dislocante de “Artefactualidad de las imágenes”, que arremete problematizando las distintas descripciones que los dispositivos de la letra y las imágenes han venido visibilizando como verosímil de la corpo-política convencional y del propio cuerpo heteronormado de la mujer- madre, inscrito en el diseño dominante del dispositivo género y su orden represivo.

Sofía Brito / Tres escenas desde Antropoceno como fin de diseño de Alejandra Castillo

Estética, Filosofía, Política

El Antropoceno no es ocularcéntrico, a pesar de presentarse en imágenes, advierte Alejandra Castillo (p. 23) 1. Su escala no es humana: excede la mirada, la perspectiva, la distancia. El ojo se descompone frente al algoritmo, la imagen satelital y el flujo del big data. La visión deja de organizar el mundo y se convierte en su ruido de fondo.

El Antropoceno no es lo que se puede ver, sino el momento en que ya no hay nada que ver, porque toda imagen está saturada, como diría Joanna Zylinska. Las películas producidas por Netflix, como No mires arriba y Dejar el mundo atrás, dramatizan esa impotencia visual del Antropoceno. En No mires arriba, la destrucción del planeta se vuelve espectáculo mediático. La inminente catástrofe es tratada como un producto más en la economía de la atención. Todo se muestra, todo circula, y precisamente por eso nada interrumpe. El fin del mundo se vuelve trending topic, una secuencia infinita de notificaciones ante la certeza de que “no hay nada por hacer”. En Dejar el mundo atrás, la mirada se apaga. Un ciberataque global corta las comunicaciones, hackea los autos Tesla, y el mundo se detiene sin explicación, sin imagen, simplemente ocurre. Lo que colapsa allí no es solo la tecnología, sino el régimen visual mismo y su idea de que todo puede ser visto, registrado y comunicado. Incluso el colapso se nos ofrece como contenido, como simulacro, mostrando el momento en que la sobreproducción de imágenes coincide con la imposibilidad de mirar. El fin ya no puede ser visto, porque su escala no es humana, pero también porque es demasiado visible en la ilusión de transparencia.

Karen Glavic / Feminismo: la tierra de lo en común

Estética, Filosofía, Política

Disentir es, entonces, un modo alternativo de trazar el contorno de lo en común, enlazar de modo creativo y estratégico los cuerpos y temporalidades del feminismo en una política de alteración del Estado.1 Quizás a modo de spoiler comienzo con la última línea del Antropoceno como fin de diseño de Alejandra Castillo. Supongo que a los lectores no les molestará que empiece con el desenlace, con el último sabor de boca, o tal vez con la promesa que anuda el tiempo del libro con los feminismos disidentes. Disidentes, porque no se trata de cualquier feminismo. Así como no se trata de cualquier final de libro, ni tampoco de cualquier fin de diseño.

Alejandra Castillo / Democracia y revuelta

Filosofía, Política

A seis años de la revuelta de octubre

La democracia y la revuelta no parecen ir juntas. Solemos imaginar escenarios distintos para una o la otra. La democracia es participación ordenada, de pasiones moderadas. La revuelta es ebullición y desorden. Lo que la democracia establece, la revuelta suspende. De habitual, la democracia es asociada a la estabilidad lograda por acuerdos consensuados. La revuelta es agitación y destitución. Si la democracia instala, la revuelta altera. La temporalidad de la democracia y la revuelta parecen diferir también. El tiempo de la democracia se organiza en un devenir planificado. El tiempo de la revuelta es acontecimental. En El día de antes de la revolución, Ursula K. Le Guin imagina el tiempo de la revuelta en Laia Odo; su cuerpo es figura y memoria de la revolución anarquista1. El día antes de la revolución es ella, su cuerpo. Si bien la revuelta toma lugar sin avisar, hay un cuerpo que la vuelve posible. Historias, privadas y comunes, afectos propios y ajenos, resistencias grandes y pequeñas van dejando huella en ese cuerpo que hace posible el acontecimiento de la revuelta. El acontecimiento para que advenga necesita un cuerpo. De tal modo, el día después de la revuelta, el día en que se instituye un orden, se organiza a partir de ese cuerpo y ese cuerpo da cuenta de un archivo.

Constanza Thümler / Aquello que no se puede callar. Un comentario a Artefactualidad de las imágenes de Alejandra Castillo

Estética, Filosofía, Política

Quisiera agradecer la invitación a comentar el texto “Artefactualidad de las imágenes” de Alejandra Castillo. Un texto que nos habla del poder transformador de las imágenes, invocando una exigencia, tomar posición. Desde mi lugar como directora y actriz, reconozco en el teatro el carácter acontecimental y severo en torno a las imágenes. Lo que hacemos en el teatro es pasar al acto en imágenes. Se trataría, diría la profesora Francesca Lombardo, de destapar la escena1. Nuestro ejercicio en el teatro es revelar la escena que no se alcanza a nombrar, y sin embargo, en una doble latencia, se curva contra nosotros y nos arroja aquello que no se puede callar. No aquello que nos pertenece, sino a lo que pertenecemos y excede nuestra comprensión.

Francisco Albornoz / Para un saber de los artefactos

Estética, Filosofía, Política

Sobre Artefactualidad de las imágenes de Alejandra Castillo

En su último libro publicado, Artefactualidad de las imágenes, (Palinodia 2025), Alejandra Castillo se pregunta –o también, continúa preguntándose– por el modo de visibilidad de nuestro momento político, social y cultural, y encuadra su mirada en un orden que, desde comienzos del siglo veinte, ha transitado desde una configuración organizada en torno a la letra hacia un orden que parece describir con claridad a nuestro tiempo, el orden de la imagen.

Desde el neologismo del título de la obra –artefactualidad– se percibe una investigación en curso que busca y propone sus propios instrumentos de expresión del pensamiento que intenta sintetizar.