Mauro Salazar J. / Toda su tristeza es italiana

Estética, Filosofía, Política

«El Abuelo, estando en Italia, confunde Buenos Aires con Roma, Mussolini con Perón, y cree todavía estar en Buenos Aires y estar en deuda con el deseo de volver a su patria. Su lengua, por otra parte, híbrida y de frontera entre el español y el italiano, consolida este espacio de tránsito perpetuo entre dos culturas y dos tiempos, sin que se produzca una diferenciación entre ambos, un distanciamiento o una integración. Podría decirse que esta lengua intermedia es el índice del movimiento identitario del sujeto y de la imposibilidad de una definición o, en todo caso, su indefinición que, paradójicamente, lo localiza en esa identidad “otra”. (Cossa, 2009.)

A partir de las escisiones entre lengua y dialectos, la cuestión del nacionalismo patriótico puso de relieve el enraizamiento itálico. Los saltos demográficos fueron masivos, estructurales y espontáneos. En alusión a esto último Massimo D’ Azeglio (1698-1866), sostuvo que “una vez hecha Italia, hay que hacer italianos”. Más tarde Lothar von Metternich (1773-1859) limitó la Cuna del Renacimiento a ´una expresión geográfica´ excedida por dialectos peninsulares que responden a fragmentaciones lingüísticas. La dispersión étnico-lingüística fue inédita dentro de las realidades europeas y contribuyó a la fuerza expansiva de los idiolectos minoritarios -oralidades costumbristas y usos del fonema- sin vocación de comunicabilidad- que excedieron la promesa de la reunificación italiana y -posteriormente- la joven identidad nacional argentina. En medio de una especie de «nosotros genealógico» (mercantilismo cosmopolita), no es casual que, en el punto seis de la Constitución Italiana, se establezca lo siguiente, ‘La República protegerá a las minorías lingüísticas mediante normas específicas’. Tal paradoja hunde sus huellas en la nación más ancestral en acervos europeos (pintura, escultura, arquitectura, artes medievales), aunque atribulada entre Monarquía y República.

Fred Evans / El cosmopolitismo por venir: Derrida y el pensamiento fronterizo Latinoamericano

Filosofía
Traducción de César Zamorano Díaz

En una era donde la diversidad es progresivamente aceptada como un valor tanto como un hecho, el cosmopolitismo ético-político debe proponer una noción de unidad global que sea compuesta en vez de impuesta por la diferencia. Jacques Derrida y Walter Mignolo ofrecen versiones distintas de esta visión del cosmopolitismo. La versión de Derrida está basada en su noción de “la democracia por venir”. Caracteriza esta noción como un mandato “incondicional” o cuasi transcendental. Mignolo se queja de este mandato como un “universal abstracto”. En su lugar ofrece una versión “crítica y dialógica” del cosmopolitismo basada más específicamente en “la diferencia colonial” o “el pensamiento fronterizo” de los grupos subalternos de América latina. Yo argumento que las referencias implícitas y explícitas de Derrida a las “voces” sugieren una tercera alternativa. Esta opción impide ciertos problemas que podemos atender en los convincentes puntos de vista de Derrida y Mignolo acerca del cosmopolitismo. También esta opción preserva la universalidad que tiene el mandato incondicional de Derrida pero sobre la base de un tipo de inmanencia material impulsada por el pensamiento fronterizo de Mignolo.

Seyla Benhabib / Europa está viviendo un momento de distopía (Entrevista)

Filosofía

Fuente: Revista de Letras

El ideal de Europa era eliminar fronteras, mantener la diversidad cultural… Pero, ¿dónde está la solidaridad?
Europa está viviendo un momento de distopía. Frente a la crisis económica se han podido aplicar diferentes estrategias y actitudes para solucionarlo, pero… No sabemos nada sobre esa Troika que hemos visto emerger, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea, y los que establecen decisiones financieras y económicas en un momento en que la integración Europea cada vez es más exigente.