Dionisio Espejo / Diagnosticando el crimen: el uso del concepto de «banalidad del mal» a propósito de Gaza

Filosofía, Política

1. La masacre de Gaza no es una más. Pocas veces, con anterioridad, un acontecimiento de este tipo se ha encontrado con unos medios donde se fabrica la realidad y un público que ya no distingue entre lo privado y lo público, o entre apariencia y realidad, y donde, gracias a esas tecnologías de la comunicación, el otro se ha convertido en puro instrumento, medio y no fin, que permite promocionarse en la carrera hacia la precaria fama mediática de los individuos. Arendt nunca habría imaginado hasta que punto la «banalidad» se podría haber convertido en la esencia de la moderna cultura de masas del siglo XXI.

La imagen creada por IA de Trump y Netanyahu tumbados cerca de una piscina en una “Riviera de Oriente Medio”—es decir, una Gaza convertida en resort de lujo—(este video fue compartido por Trump en sus redes sociales en febrero de 2025) alcanza toda su fuerza cuando se confronta con las imágenes reales de las masacres en Gaza. Ese choque entre la realidad, la muerte en las calles de la ciudad y la delirante planificación urbanística futura constituye un ejemplo visible de lo que Hannah Arendt denominó «banalidad del mal» (Arendt, Eichmann en Jerusalén). Y esa banalización del mal podemos localizarla en muchos individuos, incluso en un sistema de alianzas internacionales, se amparan en ella, es su coartada para no mirar directamente a la destrucción y la muerte, para minimizarla, para justificarla entre de un banal argumentario.

Hind Joude / Dos poemas desde Gaza

Poesía

Traducción de Ignacio Gutiérrez de Terán Gómez-Benita

No queda azúcar en la ciudad (2023)

Quiero hacer un bizcocho pero no queda azúcar en la ciudad

ni sonrisas que se desborden de rostros fugaces

ni balcones asomados a los sueños

-las ventanas no han vuelto a su sitio desde la última guerra-.

Quiero cocer pan pero no queda trigo en los campos.

Sólo hay un espantapájaros hecho jirones

que aterra a los campesinos pero no asusta a los

cuervos.

Quiero cocer una luna

pero ningún horno puede albergar su redondez mayúscula.

Así que he decidido comerme mi propio corazón,

crudo, eso sí,

porque mi ciudad también se ha quedado sin lumbre.

Aldo Bombardiere Castro / Primera divagación acerca de la máquina: imagen – musgo

Estética, Filosofía, Política

Una fisura. Algo se ha trizado. Más que algo: todo. Entonces, algo -que hoy es todo- se ha empezado a fracturar y, tal vez, a quebrar. Quizás todo se termine por quebrar. Sin duda. Con rabia y con esperanza. Aunque también, apenas sobreviviendo a la indesmentible nebulosa de la tristeza. Pero es cierto, es verdad, corazonada no requerida de comprobación: hoy, entre el acero, las placas y los tornillos, el musgo reverbera desde el mismo cataclismo del óxido. La sangre de los mártires derramada es el ácido y el presagio de la fertilidad. Porque el musgo que le parasita, más que oxidar, gesticula la inexorable implosión de la máquina.