Federico Ferrari / Ciega esperanza

Estética, Filosofía, Política

La iconolatría contemporánea impregna cada sector de la vida. El mundo es permanentemente observado, escrutado, espiado y transformado en imagen. Tenemos imágenes de cada cosa, de cada aspecto de la existencia, de cada individuo singular. Podemos ver imágenes de los miembros de una tribu amazónica que nunca ha entrado en contacto con la civilización (imágenes obtenidas con una «cámara trampa»). Podemos desplazarnos en nuestras pantallas por fotografías tomadas por robots en los planetas más remotos. Y, además, podemos observar imágenes satelitales de las masacres perpetradas en cada rincón del planeta. Nos hemos convertido en el ojo de Dios. Cada uno de nosotros se ha convertido en ese ojo.

La técnica contemporánea es, de hecho, la realización del sueño religioso monoteísta. Encarna la pretensión de controlar el mundo mediante una mirada de sobrevuelo. Pero esta mirada desde lo alto, más aún, desde el punto de vista del Altísimo, choca, exactamente como chocan con ella todas las religiones testamentarias, con la constatación de una impotencia profunda, con una imposibilidad de intervención sobre el conjunto del mundo, sobre la humanidad en su totalidad. Una vez vista toda la injusticia de lo creado surge, de hecho, solo la imposibilidad de ponerle remedio. Esta es la realidad histórica de todos los monoteísmos: la reiterada traición de la promesa de redención.

Mauro Salazar J. / Revuelta y rechazos. Post-representación y restauración de los expertos

Filosofía, Política

a Carlos Ramírez Vargas

a la internacional de los humillados…

Apruebo-Dignidad (AD) debe abandonar la pereza cognitiva y la “fantasía popular” (resabios del pueblo gramsciano) para explicar su “derrota electoral” -04 de septiembre- bajo la invectiva portaliana. Admitir la derrota del Tík Tok no implica ocultar el déficit pedagógico de los «identitarismos» hacia el polo que inicialmente apoyaba las transformaciones. Según las vocerías del nuevo progresismo se habría impuesto el Rechazo en virtud de una abundancia de fake news («fake new sismo») sin establecer distinciones entre pueblo como categoría política, pueblos post-populares, o bien, una demografía sociológica de consumos culturales que articulan modernización, redes digitales y una subjetividad cuyo reciclaje no reconoce en su cotidianidad las políticas institucionales (mainstream). Bajo el campo post-representacional las fronteras de sentido del mundo popular (distopía o acceso) han mutado en sus múltiples alcances y filiaciones que aún perviven bajo la «economía cultural» de la modernización autoritaria (hegemonía cultural).

Mauro Salazar / Capitalismo académico y colonialismo intensivo en el Reyno de Chile

Filosofía, Política

a la orfandad hermenéutica de nuestro presentismo

Es un lugar común afirmar que la sociedad chilena experimentó (años 80′) la configuración de un «sistema terciario», masificación acelerada, al decir del mainstream, traducido en la consolidación de un “rubro rentable” para la iniciativa de agentes privados que pavimentaron el camino de la «Universidad del incentivo». Aquí se erigió un sector neo-extractivista de servicios educacionales que se benefició (empresarialmente) de la dinámica de los “mercados emergentes” vinculados a la irrupción de la gobernanza promovida por el BID y el Banco Mundial. Todo ello bajo el dictum de la llamada Nueva Gestión Pública y la economía política del management. Bajo la intensificación del aceleracionismo (acumulación de capital humano) quedó sellada la suerte de la Universidad republicana -estatal/nacional- y sus piochas de bronce. En medio de los lúgubres procesos burocráticos impuestos por la “dominante neoliberal”, la irrupción del paper, devenido en el dinero de la academia, hemos visto la transformación del propio léxico universitario moderno en una “gramática managerial” donde la actual Universidad porta una melancolía insalvable. Hoy el mapa universitario no sabe cómo reorganizar la orfandad hermenéutica ante el despliegue de tecnólogos y métricas homogenizantes.