Mauro Salazar J. / Rodrigo Browne Sartori. Comunicación en crisis. Escrituras del derrame

Filosofía, Política

Sobre Puras mentiras. Comunicaciones en crisis. Editorial de la Universidad Nacional de La Plata (Edulp). Argentina, 2023.

Apostilla. Un texto experiencial implica una mora, una relación de discontinuidad entre “tiempo” y “experiencia”. Tal acometido entre “prácticas escriturales” y “prácticas políticas” debería cuidar su relación con la hiper factualidad de las tecnologías. Mientras la inmediatez del alogaritmo inscriba su voluptuosa productividad en los papers, abundará en “técnicas de escritura” -exactitud redacción y referencias-, en formatos y métricas de la homogeneidad managerial.

Mauro Salazar J. y Carlos del Valle R. / La Unidad Popular y Nuestra Confianza en Nosotros. Un momento Karmyniano

Filosofía, Política

Sobre Nuestra confianza en nosotros. La Unidad Popular y la Herencia del Porvenir. El Fantasma Portaliano II. Ediciones Universidad de la Frontera (2023). El prólogo del libro corresponde a Carmen Castillo y el epílogo a Sergio Villalobos-Ruminott.

El corpus textual (imaginación) anuda un conjunto de intervenciones y operaciones metonímicas- que buscan abrir una “política de los afectos” subrayando fragmentos lexicales de Salvador Allende donde las singularidades interfieren en el continuum de la dominación. Un nudo “de apropiación de la inapropiabilidad de la potencia por parte de los pueblos, de la patencia (nuestra) de una potencia” (2023, 38). Karmy organiza un diálogo intempestivo desde la “excepcionalidad” de la Unidad Popular para impugnar el archivo de la post-dictadura en la época de la desaparición. Un zumbido vitalista que inscribe incisiones rítmicas en la intensidad imaginal de los sustantivos, disyunciones y porosidades, para emplazar los consensos visuales del pacto oligárquico-transicional (1990-2019) e interrogar cómo el golpe de Estado (1973) ha diagramado las narrativas tanáticas de la izquierda chilena.

Mauro Salazar J. / Buenos Aires bajo las máscaras del 900

Estética, Filosofía, Política

La ciudad se ha enamorado de rufianes. Roberto Arlt



En 1920 Buenos Aires devino en un bullicio con afanes futuristas. Un universo visual donde todo era igual a París. Una pampa adulterada por el centro y la modernidad, donde tranvías, automóviles y rascacielos, prometían desterrar suburbios, candombes y conventillos. La erradicación de lo grotesco era una forma de desmantelar la intervención de Armando Discépolo.

Mauro Salazar J. / Naturalezas mediáticas del Doble A. Gramófonos y tecnologías

Estética, Filosofía, Política

El Tango crea un turbio 
pasado irreal que de algún modo es cierto, 
el recuerdo imposible de haber muerto 
peleando, en una esquina del suburbio. Jorge Luis Borges.

Hacia 1830 los acordeones de botones fabricados en Sajonia comenzaron a exportarse a Estados Unidos. El desarrollo de la armónica es aún más claro a este respecto y precedió al acordeón en varias décadas. El aumento de 290 piezas en 1875 a 29.000 en 1897 da cuenta de aquello. A partir de 1860 el uso de máquinas no se tradujo en una mejora técnica y los instrumentos siguieron siendo diatónicos y de una elaboración ocasional en las comunidades alemanas. La primera imagen que se conserva de un acordeonista data de los años 1850 y fue tomada en un estudio fotográfico de Nueva Orleans. La imagen capturó a un negro tocando un acordeón estilo francés. Existe un registro de un hombre sólo donde podemos especular que era un criollo, acordeonista de profesión, o bien, un hombre común en un estudio. La Concertina llegó a Estados Unidos, pero no es de extrañar que el nomadismo de la Concertina-orquesta del viejo mundo también llegarán al país del norte, inmigración alemana, bohemia y polaca. Los primeros clubes de Concertina surgieron en los centros urbanos de Chicago y Milwaukee (1889 y 1890).

Mauro Salazar J. / Pugliese Sforzato. La comunidad sensitiva

Estética, Filosofía, Política

a nuestros heraldos.a esa horrible condición de lo humano que nos confisca días posibles…

Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1952) Osvaldo Pugliese (1905-1995) fue proscrito porque su “lira popular” no encuadraba en los moldes de la institucionalidad peronista. La policía hacía ronda en los espacios recreativos que eran -mayoritariamente- “pueblos de tango”, clubes de filiación pugliesiana. En cierta ocasión un comisario le mostró la orden oficial emitida desde la presidencia, y rezaba así: “El señor Osvaldo Pugliese está inhibido de trabajar en el orden nacional”. Eran tiempos donde la ausencia de Pugliese en la orquesta se expresaba con un clavel rojo sobre el piano. Todo en señal de respeto. La policía en la puerta prohibiendo la actividad de la orquesta. Bajo el gobierno de Perón, se esgrimía “una orden y comunicación…. Usted no puede trabajar en ninguna parte del país”.  Pugliese denunciaba el abuso de las casas discográficas, preservando los derechos de sus músicos, al punto que ello se expandirá a la instrumentación como una cooperativa. A poco tiempo ocurrió lo mismo bajo el gobierno de Arturo Frondizi (1958). Contra todo, impuso un “lenguaje comunitario-expresivo” en las formas rítmicas de una orquesta que no aceptaba “solistas”, salvo a condición de contribuir a mejorar el “acento” de una cooperativa evolucionista que evitaba toda “figura patronal”, evitando los “narcisismos del yo”.

Mauro Salazar J. / Bandoneón. La máquina mitológica ¿Entre el lenguaje y la presencia?

Estética, Filosofía, Política

¿Qué opino de mí mismo? Que soy un sujeto inquieto y angustiado -atribulado- y fui expulsado de mi casa por mi padre a los 16 años y tuve que ganarme la vida en los diferentes oficios. En una librería, como aprendiz de hojalatero, pintor y mecánico, corredor de papel, empleado de una fábrica de ladrillos y en el puerto durante 8 años. Soy el mejor escritor de mi generación y el más maldito”. R. Arlt. Extractos, 1929.


Qué necesidad tenía Roberto Arlt, el ‘atorrante’ de la Calle Piedad, de emplazar el canon literario y nombrar obsesivamente a los transeúntes del 900′ con «mal de hipérbole». Cómo explicar su infinita pulsión por fracturar los sustantivos y atormentar el realismo. La prosa (prosaica) era el destino manifiesto para religar imágenes y «ética de la mundanidad». El límite de la novela -psicoanálisis del periurbano- atribuyó sentidos a una babélica inmigración agravada por dialectos y excedida en préstamos sinonímicos, que alteraban toda «identidad narrativa». El aventurero, cronista del Diario, El Mundo, cultivó una letra salvaje, ante un exceso de nomadismos, barbarismos, lenguas cultas y populares, para calcar una sobreabundancia de polifonía y collage. Al final un dolor encarnado, cuya pregnancia, mezclaba vitalismos y distopías (Bandoneón) que anunciaban un “Ser ahí, estar en el mundo”.