Sofía Brito / Tres escenas desde Antropoceno como fin de diseño de Alejandra Castillo

Estética, Filosofía, Política

El Antropoceno no es ocularcéntrico, a pesar de presentarse en imágenes, advierte Alejandra Castillo (p. 23) 1. Su escala no es humana: excede la mirada, la perspectiva, la distancia. El ojo se descompone frente al algoritmo, la imagen satelital y el flujo del big data. La visión deja de organizar el mundo y se convierte en su ruido de fondo.

El Antropoceno no es lo que se puede ver, sino el momento en que ya no hay nada que ver, porque toda imagen está saturada, como diría Joanna Zylinska. Las películas producidas por Netflix, como No mires arriba y Dejar el mundo atrás, dramatizan esa impotencia visual del Antropoceno. En No mires arriba, la destrucción del planeta se vuelve espectáculo mediático. La inminente catástrofe es tratada como un producto más en la economía de la atención. Todo se muestra, todo circula, y precisamente por eso nada interrumpe. El fin del mundo se vuelve trending topic, una secuencia infinita de notificaciones ante la certeza de que “no hay nada por hacer”. En Dejar el mundo atrás, la mirada se apaga. Un ciberataque global corta las comunicaciones, hackea los autos Tesla, y el mundo se detiene sin explicación, sin imagen, simplemente ocurre. Lo que colapsa allí no es solo la tecnología, sino el régimen visual mismo y su idea de que todo puede ser visto, registrado y comunicado. Incluso el colapso se nos ofrece como contenido, como simulacro, mostrando el momento en que la sobreproducción de imágenes coincide con la imposibilidad de mirar. El fin ya no puede ser visto, porque su escala no es humana, pero también porque es demasiado visible en la ilusión de transparencia.

Paola Chaparro / Disentir el mundo: género, ecología y cuerpos pensados desde una escritura feminista

Estética, Filosofía, Política

Síntomas de agotamiento de las formas en que hemos imaginado/habitado el mundo: el calor brutal, la escasez de recursos naturales, territorios apropiados y devastados, poblaciones desplazadas, las derechas mostrándose en su versión más extrema, los vientres controlados, las sentencias jurídicas teatralizándose en pantallas; cada una de estas escenas opera como una muestra no solamente de una época caótica sino de un desgaste, de una extenuación y, por tanto, de un límite que se ha alcanzado. Esta multiplicidad de escenas, de imágenes, de proyecciones sobre los cuerpos anidados en una retícula de afectos desbordados parece evidenciar el colapso de la arquitectura de la modernidad patriarcal y colonial que se instauró como el diseño político que organizó el mundo.

En Antropoceno como fin de diseño (2025), Alejandra Castillo nos presenta un análisis de las formas de desigualdad, vigilancia y despojo que emanaron del proyecto político moderno poniendo atención a la matriz excluyente que se instala a partir de una concepción de humanidad figurada en sujetos masculinos, blancos, letrados, heterosexuales y, particularmente, propietarios. De tal modo, el diseño político de la modernidad impone una forma patriarcal-capitalista-colonial la que hace imposible acoger la pluralidad de lo viviente.

Javier Agüero Águila / La escena no-originaria (la última puesta de sol)

Estética, Filosofía, Política


Sobre Antropoceno como fin de diseño de Alejandra Castillo, La Cebra, Buenos Aires, 2025

Pese a todo

Sostenía el historiador Fernand Braudel en sus Escritos sobre la historia: “Esta vez no era cuestión, únicamente, de reescribir”1. La frase, en principio, puede parecer simple; puramente descriptiva en su idea de escritura. Sin embargo, la cuestión va más de fondo si se asume que lo que buscaba decir Braudel es que hay en el hoy, en el suyo o en el nuestro, una urgencia (una exigencia si se quiere) que es la de volver a mirar una y otra vez, sin dejar que el espiral descanse, los flujos de la historia, sus movimientos imprevisibles; la historia como devenir de lo acontecimental pero a la vez de lo contingente que jamás será solo cacofonía de sí mismo. El presente nunca se repite, apenas puede tener una traducción o emparentarse con el pasado –que bien podría ser la eco venido de un antes que se transcribe como la actualización de una sola voz–; el presente no como una reescritura o incluso como una simple escritura, sino como un ejercicio soberbio, desbalanceado y que se precipita evitando el mosaico iconoclasta, el nimbo que busca cubrir con su aureola santa la precisión de los relatos sobre lo que fue, lo que es y de ahí en más. Al fin, todo pasaría por escribir sobre el mundo a pesar de la escritura misma, escribir en el palimpsesto –huella sobre huella–; verterse en lo arcano, en lo secreto que va, ahí, siempre siendo, sensualizando (pensamos aquí en Condillac) nuestras intuiciones o boicoteando las verdades que siempre serán transitorias y definidas al paso por las hegemonías políticas, estéticas y entonces hermenéuticas. Deberíamos saber, a priori, que “[…] cualquier tipo de huella tiene vocación de ser archivada”2. Así se abre un pórtico que deja traslucir aquella zona en que la escritura puede tener un efecto, un tempo, y expandirse en la insondable región de lo que aún no se archiva; lo que todavía no es palabra oficial, logos, regla, repetición del canon: “fin de diseño”.

Mauro Basaure / Sobre anarquismo, anarcocapitalismo y filosofía. A propósito de ¡Al Ladrón! de Catherine Malabou

Filosofía, Política

Comenario al libro de Catherine Malabou. ¡Al Ladrón! Anarquismo y Filosofía. Editorial Palinodia, La Cebra, Kaxilda, 2023. Publicado en 2022, por Presses Universitaries de France, bajo el título, ¡Au voler! Anarchisme et philosophie.

En sus casi 350 páginas, la autora reconstruye las cuestiones claves del anarquismo en nuestro tiempo, tanto como fenómeno, como ideología y filosofía.


En su primer capítulo, que sirve como introducción, titulado “Panorama general” (15-24), dos cuestiones clave se presentan: la relación del anarquismo con la geografía y las distinciones entre anarquismo fáctico, de conciencia y anarcocapitalismo. Catherine Malabou propone el término «geografía» como metáfora del horizontalismo y con ello del anarquismo. La geografía anarquista se opone a las lecturas verticales y jerárquicas de la historia y proporciona una base para la comprensión política de la horizontalidad y la resistencia: conceptos centrales en el anarquismo. La autora además indica la necesidad de diferenciar entre anarquismo fáctico y anarquismo de conciencia, pese a que coexisten en la sociedad actual. El primero refiere a la anarquía como dimensión de la realidad, como se evidencia en el auge de las criptomonedas y la arquitectura horizontal y libertaria de internet. Por su parte, el anarquismo de conciencia concierne a la toma de conciencia práctico-política que se expresa en formas alternativas de manifestación política (que van más allá de la representación partidista, sindical e incluso de los movimientos sociales) como el movimiento de los Chalecos amarillos en Francia o el octubre chileno, entre muchas otras experiencias que cabría citar. Malabou señala además que estos fenómenos de facto y de conciencia son contemporáneos del viraje anarquista del capitalismo, según el cual el neoliberalismo se radicaliza en la forma de anarcocapitalismo. Frente a ello, la autora advierte la necesidad de diferenciar la horizontalidad de las manifestaciones alternativas de expresión política desde abajo, por una parte, del anarcocapitalismo, por la otra; tarea de diferenciación para la cual la autora convoca a la filosofía. El libro lamentablemente no cumple del todo con esta promesa, pues la tematización del anarcocapitalismo no ocupa el espacio que ⎯dada la urgencia de ello en nuestros días⎯ cabría esperar.

Conversaciones a la intemperie / Infancia y ceguera de Carlos Casanova

Filosofía

En Ficción de la razón presentamos Conversaciones a la intemperie, conducido por Gerardo Muñoz. En esta ocasión, se conversa sobre el libro Infancia y Ceguera: tentativas sobre la ejercitación o de acerca de las artes de hacer (Ediciones La Cebra, 2022) de Carlos Casanova. Participan Mauricio Amar, Sergio Villalobos-Ruminott, Gerardo Muñoz, y el autor.

Reseña: Carlos Ossandón Buljevic / Tragedia y melancolía. Idea de lo trágico en la filosofía política contemporánea de Juan Pablo Arancibia

Filosofía, Política
Santiago de Chile, Ediciones La Cebra, 2016, 497 pp.

¿Es posible o legítimo incursionar no solo más allá de las representaciones consabidas de la política sino también por unas zonas o sombras que pueden desestabilizar incluso el lenguaje que se ha consagrado tradicionalmente a esta esfera? ¿Hay un “irrepresentable” de la política que, si bien no posible de conocer o calcular, al menos inevitable de “pensar”? ¿A qué límites y riesgos nos conduciría una investigación que quisiera asomarse por unos “afueras” lejos del alcance de nuestros marcos familiares? ¿A qué tipo de desasosiego nos exponemos?