Sami Abu Shumays / La política de las escalas de maqam y la descolonización de los estudios musicales

Estética, Música, Política

Empuñamos la cultura como forma de poder. Los seres humanos usan las formas culturales para delinear los límites de las comunidades y para crear y reforzar estructuras de poder dentro de ellas; cuando grupos distintos están en contacto y conflicto, la cultura desempeña un papel central en la lucha por el poder. Este ensayo trata sobre la política de una franja aparentemente muy estrecha de la cultura —las escalas que usan los músicos— que, sin embargo, ha desempeñado un papel grande, aunque en su mayor parte invisible, en la creación y la imposición del poder cultural durante al menos 2.500 años.

Escribiendo en inglés (en el original), necesariamente me dirijo a quienes ostentan el mayor poder cultural a nivel global, y nos llamo a descolonizar nuestro estudio de la música, empezando por destapar los supuestos no dichos en la pedagogía y la teoría musical que han permitido que la educación musical funcione con tanta eficacia como herramienta del colonialismo. Los esfuerzos de descolonización de la educación y la investigación musical hasta la fecha no han tocado, a mi juicio, las estructuras de poder más profundas que nos llevan a estudiar, hablar, enseñar e institucionalizar la música del modo en que lo hacemos.

Monica Ferrando / Cuatro entradas sobre la chôra

Estética, Filosofía

1 de Abril. Sin imaginación no hay pensamiento de la «chôra» .

En la tercera especie, en la que es el devenir visible el que acontece incesantemente, son las imágenes, es decir, el resultado de la imitación (mimèmata). El nombre de esta «tercera especie» fue, según Aristóteles, el de hyle, término nunca utilizado por Platón salvo en el sentido de «materia para la construcción» (69b) y adoptado, en cambio, por Aristóteles como sinónimo de chôra (Física 209b, 11-16). La concepción de esta tercera especie definida por Platón como «difícil e incierta» (49a) resplandece en la Enéada III de Plotino a propósito de la idea de «grandeza», donde «materia» e imaginación parecen superponerse, revelándose en la virtud omniabarcante del alma, en la que sólo las formas acceden a la palabra, que sigue siendo el único anclaje firme de las ideas despertadas por ella. Leemos en Plotino: “Tampoco se identificará con la Magnitud misma, porque la Magnitud es una Forma, y no algo receptivo. Además, la Magnitud es magnitud por sí misma, no magnitud de un modo determinado. Sólo que, como la Magnitud sita en la Inteligencia o en el Alma desea tomar magnitud, por eso dio poder a los seres que sienten una especie de deseo de imitarla, aspirando a ella o poniéndose en marcha hacia ella, para que inyectasen en otra cosa su propio sentimiento. En consecuencia, en el curso de su manifestación progresiva, la Magnitud hizo que la pequeñez de la materia emprendiese el mismo curso en dirección, justamente, a esa misma magnitud. […] El color proviene de un principio que no es color, y la cualidad sensible, de un principio que no es cualidad; más por el hecho mismo de manifestarse, tomaron un nombre que les viene de sus principios. Pues lo mismo le sucede a la magnitud, la cual proviene también de un principio que no es magnitud o lo es meramente de nombre. Es que las referidas manifestaciones son consideradas como intermedias entre la materia misma y la forma misma. Se manifiestan porque provienen de allá pero son engañosas porque el sujeto en que se manifiestan no es real. Ahora bien, las cosas particulares toman magnitud porque se dilatan en virtud de la potencia de las imágenes que se reflejan y se hacen sitio, mas se dilatan en todas direcciones sin violencia porque el universo existe por la materia. Cada imagen determina una dilatación proporcional a su potencia, y esta potencia la posee como propia, pero la recibe de allá. La causa de la aparente magnitud de la materia estriba en el reflejamiento de la Magnitud, y ésa es la magnitud refleja, la magnitud de aquí. Mas la materia, sobre la cual la magnitud se ve obligada a coextenderse, se brinda a ello toda a la vez y en todas partes. Esto se debe a que es materia y materia de algo determinado, pero no algo determinado» (Enéadas, III, 6, 17-35). Al mostrar que está empujando a la materia hacia un estado de absoluta pasividad que podría preludiar peligrosamente la res extensa cartesiana, Plotino revela esa inseparabilidad de la chôra de las imágenes y del poder de la imaginación, así como lo demuestran los pasajes del Timeo en los que la palabra, partiendo de su aspecto propiamente literal, sigue siendo el punto crucial e inatacable de todo discurso sobre la naturaleza de las cosas.

José Correa / El arte como el Gran Rechazo. La (des)humanización de la estética

Arte, Estética, Filosofía, Política

Filósofos como Marcuse han subrayado las propiedades liberadoras del quehacer artístico. Pero si hemos de pensar el arte como el Gran Rechazo, es necesario mostrar qué rechaza el arte y con qué busca sustituirlo. Respecto a estas preguntas, existen dos respuestas antagónicas. Mientras una busca en la experiencia artística rechazar lo dado en nombre de una verdad intemporal, la otra también reniega de lo dado, pero admite el carácter provisorio de toda verdad. Aunque en apariencia sutil, esta distinción es sustancial. A partir de una lectura de Platón, muestro por qué en la primera posición no hay cabida para lo humano, y por qué de ella se desprenden implicaciones totalitarias. Para caracterizar a la segunda posición, me sirvo de la concepción estética de Octavio Paz y de la propuesta escultórica de Alexander Calder. Ambas propuestas permiten conciliar la insatisfacción que palpita en el arte con la alteridad que caracteriza a lo humano.

Juan de Dios Bares / La armonía de las esferas

Filosofía

El artículo aborda la doctrina pitagórica de la armonía de las esferas, intentando reconstruir sus contenidos en el pitagorismo temprano, así como el la representación del mundo que le acompañó. Son analizados también los textos más decisivos en esta materia: El mito de Er en la República de Platón y los pasajes correspondientes en el De Caelo de Aristóteles.

Valeria Sonna / Deleuze lector de Platón

Filosofía

Gilles Deleuze describe la tarea del “renversement du platonisme” como la búsqueda de su motivación. El propósito de la Teoría de las Ideas y del método dialéctico es una “voluntad de seleccionar” que responde a lo que Deleuze identifica como el problema platónico, la “selección de pretendientes”. En este escenario, las Ideas funcionan como criterio de la selección y la dialéctica es el procedimiento por el cual Platón produce la diferencia entre los objetos a seleccionar. Deleuze usa el concepto de “simulacro” para pensar la inversión porque encuentra en él una anulación de la posibilidad misma de la Idea como fundamento. Sin embargo, este concepto tiene un desarrollo muy acotado en los diálogos platónicos. Es, en rigor, sólo en el Sofista que Platón lo desarrolla. En el presente trabajo indagaremos en el uso que hace Deleuze del texto del Sofista y del concepto platónico de “simulacro” con el fin de determinar que su operación de lectura debe ser pensada en términos de una sintomatología.