La relación entre filosofía y teatro ocupa un lugar interesante y no siempre explorado en la filosofía de Gilles Deleuze. En el presente artículo exponemos la noción de teatro tal como aparece en la obra del autor vinculada al problema de una nueva imagen del pensamiento. Consideramos que el uso metodológico del teatro se encuentra diseminado a lo largo de todo su itinerario filosófico. Lo teatral funciona como una matriz de análisis que permite distinguir las fuerzas que dramatizan un concepto, y esto se inscribe en el marco de una crítica a la representación en la filosofía de Deleuze.
Pensamiento
Mauricio Amar / Carta a lxs estudiantes sobre saber y pensar
FilosofíaQuisiera dirigirme a lxs estudiantes para referirme a una cuestión que creo resulta fundamental en nuestros días, a saber, la relación entre saber y pensamiento. En realidad siempre ha sido importante, pero frente a la situación del mundo actual, con la enorme destrucción de nuestro habitat que muchas veces parece cerrar el horizonte u oscurecer el futuro, sumado esto al auge de movimientos fascistas de nuevo tipo, que sólo buscan saberes basados en dicotomías, me parece razonable que desde alguna vereda se enarbole la bandera del pensamiento. No se trata, por cierto, de entrar en un conflicto abierto con el saber, aunque a ratos lo parezca. Más bien, lo que está en juego es no permitir la superposición absoluta del saber por sobre el pensamiento. Claro, ambos conceptos, al menos en la manera canónica en que se propaga la educación, suponen una enorme virtud. Se les ve a ambos como absolutamente entrelazados y dependientes. No se puede saber sin pensar, no se puede pensar sin saber. Pero al menos debiésemos ver que la educación formal ha privilegiado sólo uno de ellos. Digamos claramente. En la educación formal se estudia para saber, no para pensar.
Catherine Malabou / ¿Qué placer hay en pensar hoy?
Filosofía, PolíticaHe estado pensando mucho en esta cuestión, y me ha dado algunos problemas. Algo como el placer de pensar nunca ha sido realmente articulado o elaborado en filosofía. La paradoja -normalmente no me gustan las inversiones sistemáticas- es que el placer de pensar en filosofía se convierte inmediatamente en placer de pensar filosóficamente. Cuando Kant habla del placer que podemos obtener al mirar un objeto bello, por ejemplo, transforma inmediatamente la pregunta en “¿Qué es el placer?” en general. Sus respuestas dan paso a un análisis sistemático del placer. A veces se pueden encontrar definiciones filosóficas del placer intelectual, como éxtasis o experiencias místicas. Sin embargo, algo así como el equivalente de un placer corporal para la mente está bastante ausente del análisis filosófico. Entonces tenemos que encontrar una salida a esta doble trampa del placer pensante, por un lado, o del éxtasis total que nos hace desaparecer en el océano de la contemplación, por otro. En cuanto al goce -éxtasis, deleite, especialmente sexual- es extremo. El goce no es placer porque destruye su objeto. En realidad, el goce destruye el placer. Vemos entonces que el placer en filosofía es extremadamente difícil de aprehender.
Tariq Anwar / Lo impensable
Estética, FilosofíaLo impensable no remite a una cosa. No se trata de algo impensado, es decir, tampoco es algún tipo de singularidad. No es el trasfondo de lo pensado o el sustrato en el que lo pensado es posible. Lo impensado es lo que está en lo pensado como habitante fundamental, pero lo habita como no-pensamiento, es decir, como una negatividad que hace del pensamiento lo que es. No es una causa ni una potencia. No se comporta de determinada manera más que como modo del pensamiento. Y aún así, en tanto modo, desborda cualquier pensamiento. En lo no pensado confluyen inframundos en los que dejamos espectros acechantes. Se reúnen recuerdos de algún momento ya inaccesible para la memoria. Pensamientos vagos, sin asidero, como la mayoría de ellos.
Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: ambigüedades
FilosofíaAlgunas respuestas parecen mecánicas. Otras, incluso instintivas. Ciertas disciplinas de saberes, por el contrario, parecen constituirse como fruto de un esfuerzo sobrehumano, siendo el resultado de un superávit de prácticas, reglas y métodos cuyo monótono proceso de recolección, conversión y adaptación de datos permitirán su ingreso dentro de determinadas coordenadas de un archivo o región de conocimiento. Y hay de (in)ciertos acontecimientos que no responde a ninguno de estos modos, pues irrumpen y sacuden la superficie del planeta como si nos susurraran al oído la existencia de un mundo otro.
Federico Ferrari / Del coraje. El abc de Wittgenstein
Filosofía"Se podría poner precio a los pensamientos.
Algunos cuestan mucho, otros menos. ¿Y con qué se pagan los pensamientos?
Creo que con coraje".
Ludwig Wittgenstein
Pensar es tener coraje. Enfrentarse a los propios miedos, a las propias profundidades de la inautenticidad. No descontarse nunca a sí mismo e, indiferente a la vida tranquila, ni siquiera a los demás. Hay crueldad en el valor, una forma de ensañamiento doloroso. La imposibilidad de callar, de no decir exactamente lo que hay que decir, cueste lo que cueste. El coraje se paga. Arruina las relaciones humanas. Le empuja a uno a la soledad. Pero el coraje nos hace un poco menos payasos de lo que somos naturalmente. Nos ofrece la oportunidad de convertirnos en hombres y mujeres decentes – ein anständiger Mensch, escribe Wittgenstein, concibiendo el pensamiento como un autodesenmascaramiento despiadado. El coraje y la decencia son dos caras de la misma moneda. La indecencia de todos los tiempos proviene de la falta de valor. Políticos sin valor, intelectuales sin valor, hombres sin valor: el fin de una civilización.