Cada cierto tiempo, digamos sin plazos fijos, se produce el retorno. Las cosas vuelven a ser como fueron, las miradas y los gestos se repiten, las manos que alguna vez se separaron vuelven a unirse y aquellas que se juntaron de nuevo se separan. No se trata de un retorno a lo uno, sino a lo mismo. Por eso es muchas veces imperceptible a la razón. El retorno de lo mismo se siente, se percibe espectralmente. Para el pensamiento es su condición de posibilidad, de modo que no puede habitarlo más que como un anti-pensamiento. Negatividad que es medio. Como el mar infinito en que nacimos hace millones de años y que ahora creemos dominar con el cálculo y la venganza. Pero ya dijo William Blake “El rugido de los leones, el aullido de los lobos, la ira del tempestuoso mar y la espada destructiva son porciones de eternidad demasiado grandes para el ojo humano”.
Tariq Anwar
Tariq Anwar / El fuego del poeta
Literatura, Música, PoesíaEl poeta está incendiado. El fuego proviene de su propia materia. Es una palabra que ha sido imagen, que ha devenido palabra, que será imagen. Eso es el fuego del poeta, su incapacidad de separar la imagen de la palabra, de desafectarse de la materia en que se da forma y crea. El fuego quema, duele, porque hace extraña mimesis del mundo. Es el mundo derritiéndose para abrir nuevos mundos. El poeta absorbe las cosas, y al hacerlo se inflama, porque las cosas para él son combustible para una nueva imagen-palabra. No es grato ser poeta. Yo, por lo menos, los compadezco. Compadezco su agonía, su unión profunda con el lugar en que todo se mezcla. Compadezco su mirada aterrada frente a un mundo que cada vez más cree poder vivir sin afectarse, afectarse sin vivir.
Tariq Anwar / Mundo
FilosofíaEl mundo comienza a ser inhabitable. Esto que hoy, en la era en que no podemos menos que sentirnos responsables de la destrucción paulatina del mundo, parece evidente, en realidad representa una contradicción. Aún cuando definamos sus límites como los bordes del lenguaje, mundus es la traducción latina de la palabra griega kosmos, que no sólo representa un orden, sino también lo limpio y cuidado y en su historia filosófica ha sido el lugar por excelencia del todo, independiente del punto de proyección (la mente individual, el entorno, el planeta o el universo). De alguna manera, mundo es lo que no se puede descuidar, porque a través de sus señas, marcas, rastreamos la creación, en la superficie de misteriosa profundidad nombramos las cosas. Mundo es el lugar en que todo paisaje puede aparecer, es decir, donde se da la aparición como tal, incluso de aquello que no podemos nombrar. El inframundo puede ser oscuro, imposible de alcanzar, imperceptible, pero sabemos que el mundo también lo acoge y nos lo entrega en su imperceptibildad.
Tariq Anwar / Silencio, comunismo
Filosofía, Literatura¿Qué sería del pensamiento si no existiera el silencio? ¿Cómo sería el pensamiento si el ruido fuese constante? Estas preguntas son importantes, porque a fin de cuentas, el silencio, señorxs, es la ficción que sostiene el pensamiento. El ruido es continuo, imposible de ser completamente extinguido, pero por alguna razón, hemos imaginado que existe una discontinuidad, una ruptura, una distancia entre las palabras, una brecha entre las palabras y las cosas. En ese intersticio, en la rendija que separa y une los sonidos, hemos llegado a pensar que un dios creó el mundo ex nihilo. Que un genio ha compuesto una obra. Que estamos solos en nuestra habitación. Lean esto: el pensamiento surge como ficción y su condena es que esa fantasía requiere una tragedia, fantasear con la tragedia de la soledad para poder existir. Por eso el comunismo es lo verdadero. Acepta la continuidad infinita del sonido. Por eso es la gran e incansable utopía, un fantasma que acecha el mundo teológico del silencio. Un fantasma acechado por el fantasma de la religión.
De repente, ¡Oh! ¿Se dan cuenta que todo es ruido? Ya nada puede ser silenciado. Ha ocurrido un cambio en la experiencia humana. Ahora la continuidad venerada, el dios de los dos mil años se vacía en el derrame de las transacciones bancarias, los likes y las fotografías infinitas. ¿Llegó el comunismo? Bueno, no. Pero se le puede comprar en algunos souvenires.
Tariq Anwar / La fractura
LiteraturaSe produjo un quiebre terrible y nadie hizo nada. Nadie pudo hacer nada. Ya es muy tarde. Un quiebre que desató a los pocos segundos de existencia humana, una devastación a gran escala. Todo se quema, la materia arde y sofoca los cuerpos. Los ríos se llenan de mierda en cada instante de flujo. Los muertos se levantan de sus fosas comunes llorando como inocentes y luego se hacen piedra. Los humanos que quedan miran atónitos, sin poder hacer nada, sienten el morbo de su propio fin. Hay algo o mucho de goce. Por eso no se hizo nada. Nada por impedir que esencia y existencia terminaran separadas. La primera fue entregada a los dioses antes de ser decapitados. La segunda a los bancos, donde nace el humano en criaderos. Por eso hay goce. Porque este humano-banca ni siquiera recuerda cómo fue el golpe que fracturó al mundo. Sólo, va deambulando por ahí, atónito, gozoso. Diciendo cosas.
Tariq Anwar / Cuerpo
Filosofía, LiteraturaTodavía, queridos amigos, debemos preguntarnos qué es un cuerpo. Un cuerpo sin órganos nos dice lo que puede un cuerpo, pero ese poder es el cuerpo. Cuerpo potencia, cuerpo que empuja. Bombeamiento de sangre que es resistencia a cada segundo. Conatus es cuerpo. Intensidad y movimiento perpetuo, que sólo la muerte trans-figura, para que sus potencias se alíen amistosamente a otros cuerpos. Qué puede un cuerpo es lo que es un cuerpo. No hay nada más, pero es mucho. Es tan excesivo que a cada instante el cuerpo quiere abandonarse tanto como conservarse. El cuerpo quiere viajar, desplazarse, tocar y amar con otros. Nada lo detiene, ni siquiera el mito fascista de la identidad o la quietud del orden. El fascismo fracasa porque no va con el mundo, no atiende a la fuerza de la vida, que es la mezcla de todo con todo, ni comprende qué significa verdaderamente estar vivo, es decir, vivir el cuerpo. Cuerpo que vive es potencia abierta, sólo limitada por su capacidad de relación. Cuerpo que muere es potencia disgregada, a la espera de nuevas relaciones. Frente a la extrañeza del otro que produce el fascismo (inmigrante, pobre, mapuche, negro), la potencia de la vida se alimenta sólo de la recepción, del mestizaje infinito, del amor al otro que se sumerge en el propio cuerpo para hacer aparecer un yo. Cuerpo es la potencia tal como la vivimos.