Abdennur Prado / Escuchar la voz de Hind Rajab

Cine, Filosofía, Política

La voz de Hind Rajab (Túnez 2025, dirigida por Kaouther Ben Hania) es una película que duele. Lo crucial es lo que el título nombra: la voz de una niña de seis años atrapada en un coche acribillado y rodeada de cadáveres. Atrapada por el brutalismo de la política, por el Estado genocida de Israel, por la potencia de las armas, por la insensibilidad del poder, por la trama de la geopolítica, por el supremacismo judío…

Lo secundario es el envoltorio: una película de suspense, centrada en los esfuerzos de los miembros de la Media Luna Roja Palestina por rescatar a la niña. Una película dramática que apela a nuestros sentimientos, cuya atmósfera densa nos atrapa y no deja otra salida que afrontar los hechos en su crudeza insoportable. La respuesta natural es una mezcla de frustración y de ternura.

Erika Lipcen / Destrucción y transmisión de la experiencia en Giorgio Agamben

Filosofía

En Infancia e historia Giorgio Agamben afirma que en la contemporaneidad asistimos a la “destrucción” de la capacidad para transmitir la experiencia. Ante esto, propone la idea de “infancia” entendida como una “experiencia originaria” en la que residiría la pura potencia del lenguaje. Esta idea presenta una serie de dificultades en tanto posibilidad concreta de volver a transmitir la experiencia ante su destrucción. Por lo tanto, el presente escrito indaga en otros conceptos de Agamben tales como el “montaje de temporalidades”, el “paradigma” y el “testimonio”, conjeturando que allí se encuentran posibles claves para efectivamente volver a transmitir la experiencia.

Tariq Rimawi / Missing

Cine

En Ficción de la razón presentamos el corto Missing del director jordano Tariq Rimawi. Un breve relato animado de la pérdida de vidas y sueños en medio de la guerra. Realizado en 2010, el film está dedicado a la infancia perdida en medio de la guerra. Hoy, lo dedicamos a las niñas y niños de Gaza que sufren el genocidio sionista.

Tariq Anwar / Una vida

Literatura

Una vida. Una niña. 7 años. Vivía en Gaza. Ahora no vive. Su cuerpo fue destruido por una bomba israelí. Una vida. Miles de palabras. Cientos de noches en que soñó sin recordar. Le leían cuentos por las noches. Repetidos, siempre los mismos. Le gustaba. Sobre todo disfrutaba ese último toque en la nariz que su padre le daba antes de dormir. 7 años. Ahora no vive. Su cuerpo está destrozado. Costó identificarla. Fue por su vestido. Una ropa que le regalaron para su cumpleaños. Le había quedado grande, pero le gustaba. Vivía en Gaza. Ahora no vive. Tenía cinco primos y tres primas. Vivían con ella. Vivían en Gaza. Ahora no viven. Sus cuerpos fueron destruidos por una bomba israelí. Había miedo. Sonidos de drones. Ambulancias. Pero le gustaba ese último toque en la nariz antes de dormir. Le leían cuentos en las noches. Siempre los mismos. Ahora no vive.

Mauricio Amar / Handala en Gaza

Política

En 1969 el caricaturista palestino Naji al-Ali publica en el diario kuwaití Al-Siyasa una viñeta que muestra a un niño vestido con ropa parchada y pies descalzos que da la espalda al espectador. El niño se llama Handala, que es el nombre en árabe de la coloquíntida o tuera, una planta de sabor amargo, de modo que podríamos decir que Handala se puede traducir como amargura. El niño tiene diez años que es la edad en que al-Ali fue expulsado de Palestina y convertido en refugiado. Handala siempre mira hacia un horizonte incierto, pero se encuentra rodeado de desastre, muerte y corrupción. Sus pies desnudos van pisando directamente una tierra que lo desprecia, en la que no es bien recibido. Es el niño que no tiene lazos con el mundo, porque este lo ha sobrepasado, desarraigado y puesto en el lugar de los que sólo tienen una vida que no importa a nadie.

Aldo Bombardiere Castro / Divagaciones: realidad

Filosofía

El niño ha crecido. Sus padres lo notan y se enorgullecen. Creen que ha dejado de ser niño: el niño ya es un adolescente, se dicen a escondidas. Progresando de un estadio a otro, la biología y la psicología del niño parecen ser conducidas a puerto seguro, como llevadas por una mano amiga. “Esto sucede al igual que la historia de la especie humana”, le dice su padre mientras contemplan las estrellas. “Esto ocurre naturalmente, tal cual se desarrolla un embrión al interior de un vientre”, le dice su madre durante el desayuno dominical que antecede a la misa. Contra esta ley nada se puede hacer; y eso le hace sentir que el mundo, que los dinosaurios y los abismos marinos, es decir, que la totalidad del universo, con sus colores y pavores aún no registrados, resultaría tan familiar como le resulta su propio hogar un naciente domingo tras haber soñado con el cielo estrellado.