La derrota ya no es inminente. Es un hecho. Aún no se asume, pero es real. No se trata de “derrotismo” como de “realismo” mínimo para abordar lo que viene. La derrota se consumó el 4 de septiembre de 2022 con el triunfo del Rechazo sobre el nuevo texto Constitucional y, desde ahí, dejó a un gobierno trunco que, en virtud de aquella derrota, se mimetizó con la racionalidad política de los últimos 30 años. Una derrota “constituyente” que solo la derecha puede dar “salida”. “Salida” que será “entrada” a un nuevo ciclo político donde la mínima democracia liberal –si la hubo- y el devenir del capital ya no calzarán más. Pero, a diferencia de lo que sueña la derecha, cuyo triunfo supuestamente coincide con la expansión trumpista sobre el continente y la descarada intervención sobre Venezuela, esta nueva derecha, recomposición de la UDI en la forma de “Republicanos”, constituirá la vanguardia no de la hegemonía estadounidense que viene, sino del nuevo orden chino que ya está. Eso significa: el triunfalismo del kastismo, en rigor, es engañoso porque no constituye el triunfo estadounidense sobre la región, sino el de su despedida final situando definitivamente a la silenciosa China a la cabeza del planeta. Kast es chino. Y no le importa porque sea estadounidense o chino es equivalente, es capital.
Política Internacional
Mauricio Amar / Palestina y el reconocimiento colonial
PolíticaEn las últimas semanas las manifestaciones contra el genocidio en Gaza han crecido en Europa con acciones concretas que han logrado, por un lado visibilizar la maquinaria de muerte que Israel despliega en Palestina, así como también la complicidad de los Estados en la continuación de esta violencia desatada. En este último caso, la interrupción a la vuelta ciclística de España, que terminó inconclusa debido a la solidaridad de los españoles con Palestina, así como también las enormes protestas en Italia, que buscan abiertamente parar la venta y transporte de armas al Estado sionista, ponen una vez más de manifiesto la enorme distancia entre los pueblos y sus representantes en el campo de las democracias liberales, fractura de representación que pone a Palestina en un lugar paradigmático, que ilumina el carácter reticular del sionismo en el mundo. Como una suerte de respuesta a esta oleada de manifestaciones, varios Estados europeos (once en la última semana, entre los cuales se cuentan Francia, Gran Bretaña, Portugal y Bélgica) han reconocido la existencia del Estado de Palestina. ¿Es beneficioso esto para los palestinos? Veamos.
André Artigas / Ibrahim Traoré
PolíticaEl capitán Ibrahim Traoré es joven. Geólogo de formación, militar curtido en la guerra y ahora líder de un país del Sahel, Burkina Faso, que fue colonia francesa entre finales del siglo XIX y 1960, fecha de su independencia formal.
Traoré, líder no elegido democráticamente, subió gracias a un “golpe de estado” -revolución dirán muchos-, el cual recibió apoyo incondicional de la gran mayoría de población local.
Luego de derrocar al teniente coronel Paul-Henri Sandaogo, en septiembre de 2022 (que a su vez había llegado al poder vía un golpe militar), asume el mando, y por vía de sus políticas es declarado el sucesor del líder revolucionario Tomas Sankara: su reencarnación. Desde pavimentar el país, a construir hospitales modernos, pasando por un proceso de modernización del área agropecuaria, construcción de universidades, casas y un sinfín de proyectos que impactaron positivamente esa nación, Traoré ha desarrollado el país en todas las áreas. Además, ha conseguido un avance en la recuperación de territorio bajo el dominio de los islámicos radicales; Traoré, entonces, ha revolucionado su nación, ganando así la lealtad absoluta de su población.
Giorgio Agamben / Algunas noticias sobre Ucrania
Filosofía, PolíticaEntre las mentiras que se repiten como si fueran verdades evidentes está la de que Rusia invadiría un Estado soberano independiente, sin especificar en absoluto que ese supuesto Estado independiente no sólo lo era desde 1990, sino que durante siglos había sido parte integrante primero del imperio ruso (desde 1764, pero ya entre los siglos XV y XVI estaba incluido en el Gran Ducado de Moscú) y luego de la Rusia soviética. El ucraniano, además, fue quizá el más grande de los escritores en lengua rusa del siglo XIX, Gogol’, quien, en las Estelas de la granja Dikanka, describió maravillosamente el paisaje de la región que entonces se llamaba «Pequeña Rusia» y las costumbres de las gentes que vivían en ella. En aras de la exactitud, hay que añadir que, hasta el final de la Primera Guerra Mundial, una gran parte del territorio que hoy llamamos Ucrania era, bajo el nombre de Galitzia, la provincia más lejana del Imperio austrohúngaro (en una ciudad ucraniana, Brody, nació Joseph Roth, uno de los más grandes escritores en lengua alemana del siglo XX).
Ramzy Baroud / Querido Occidente: Tu «época de monstruos» ha comenzado
PolíticaAntonio Gramsci no era un filósofo profesional. Su intelecto se situaba refrescantemente dentro de un sesgo inherente hacia la gente común, las clases «subalternas», en particular la clase obrera.
Sostenía que todas las personas son esencialmente intelectuales, en el sentido de que todas poseen las facultades intelectuales para el pensamiento racional y la deducción, aunque «no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales».
Aldo Bombardiere Castro / Copamiento
Filosofía, PolíticaResulta sintomático notar cómo durante estos últimos años la -así llamada- esfera de opinión pública se ha caracterizado por un acelerado copamiento discursivo. Si, según el sueño del liberalismo habermassiano, la opinión pública moderna estaba destinada a constituir un terreno capaz de garantizar tanto la discusión y la deliberación racional, como el ejercicio y perfeccionamiento del Estado de Derecho, de la libertad de expresión y de una cultura democrática al amparo del ideal de la autonomía subjetiva, durante la última década tal sueño ha quedado definitivamente sepultado. La opinión pública, en tanto esfera presuntamente autónoma y posibilitante del ejercicio de la propia autonomía subjetiva, ya no va más: ha extraviado -en caso de alguna vez haber contado con ellas- sus propias condiciones de posibilidad: el carácter crítico de la racionalidad.
